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Europa quiere mejorar la política de producción de biocombustibles


01.06.2015
Europa quiere mejorar la política de producción de biocombustibles

El Parlamento y los gobiernos abogan por reducir el máximo de combustibles generados a partir de cultivos del 8,6% actual al 7%.

Europa trata de disminuir la cantidad de "comida" utilizada para generar biocombustibles.

Durante los últimos años, se ha venido promoviendo desde la UE transformar las plantas en combustible para reducir las emisiones de CO2 del transporte, con el fin de que en 2020 el 10% del combustible provenga de fuentes renovables. No obstante, algunos sostienen que los biocarburantes han generado más CO2 del que han evitado. 

Esto se debe a que la demanda de cultivos necesarios para su producción ha provocado deforestación, por lo que el objetivo de la UE ahora es limitar el combustible producido a través de cultivos alimentarios y reemplazarlo por aquel generado vía fuentes no alimentarias como los residuos.

Para ello, la comisión parlamentaria de Medio Ambiente ha respaldado este martes 14 de abril de 2015 el consenso alcanzado con los Gobiernos de la Unión Europea para limitar el volumen de combustible producido a partir de cultivos alimentarios como la semilla de colza y el aceite de palma.

Además, los eurodiputados quieren distinguir entre los mejores y los peores biocombustibles producidos a partir de alimentos. Para entrar en vigor, la nueva legislación tendrá que someterse a una segunda votación en la Eurocámara y ser aprobada por los Estados de la UE.

Europa está a favor

Los eurodiputados han apoyado esta propuesta con 51 votos a favor, 12 en contra y una abstención la propuesta, según la cual los biocombustibles tradicionales procedentes de cultivos como el maíz, el trigo, la remolacha o la colza, que pueden interferir en la producción de alimentos, supondrán como máximo un 7% de la energía renovable usada en el transporte en 2020, en lugar del 8,6%.

Además, los Estados miembros tendrán la opción de establecer un umbral más bajo si lo consideran necesario y podrán acogerse a un objetivo voluntario del 0,5% para los biocombustibles de nueva generación, fabricados a partir de residuos y otras fuentes alternativas como la paja, que como incentivo, contarán dos veces para lograr el objetivo de que el 10% del combustible usado para el transporte proceda de fuentes renovables en 2020.

La Comisión Europea y los productores de combustible informarán cada año de las emisiones indirectas sobre cambio indirecto del uso de la tierra, es decir, del impacto indirecto sobre el aumento de emisiones de CO2 que genera la producción de biocombustibles.

También desde diversas organizaciones se han mostrado a favor de este cambio. Así, desde Oxfam han indicado que Europa ha decidido finalmente bajar el tono de una política de biocombustibles perjudicial “que sólo ha contribuido a privar a los pobres de los alimentos y acelerar el cambio climático que pretende luchar”.

Fuente: http://www.cadenadesuministro.es