Carta de un transportista de hacienda *Por Ariel Reyles
En estos días hemos escuchado declaraciones de prensa de quienes están al frente de AUTHA, la gremial del transporte de haciendas, en otrora una gremial muy fuerte que unía a muchos transportistas de este rubro, aunque luego lamentablemente se ha ido quedando, producto de la desunión que hay en un sector del transporte donde la industria cárnica domina el trabajo y pone los precios a su encanto.
> Por Ariel Reyles
Es difícil poner un punto inicial a esto pero creo que lentamente habría que volver a juntarse sin un nombre delante y sin estar detrás de una “subgremial”, de repente solicitar a la ITPC que nos represente, sin herir susceptibilidades de nadie, pero uniendo a todos por intermedio de la madre de las gremiales. Creo que con pequeñas cosas se puede lograr mucho.
Debemos solicitar al gobierno nacional los controles, y cuando decimos controles nos referimos a la aplicación de los decretos y leyes vigentes hoy en día, nada nuevo ni nada raro.
Acá hay números que no nos dejan mentir y para ello dejo un ejemplo. Una planta que faena 150.000 reses paga al productor por dicha compra aproximadamente unos cien millones de dólares. Para acarrear los animales precisa unos 4400 viajes de camiones que recorran una distancia promedio de 300 km, lo que nos da un costo de unos dos millones y medio de dólares. Como ven, el valor de los fletes es un 2,5% y fíjense que no pusimos personal, gastos en servicios del Estado, aportes, mantenimiento y algunas cosas más. Es decir, el flete, llevar la materia prima a los frigoríficos para que trabajen unas 20.000 personas, eso tan importante, vale aproximadamente un 1,5% del capital global que mueve la industria cárnica.
Ese 1,5%, llevado a un precio real, andaría en un 0,65% más. Creo que no es nada del otro mundo, aparte si miramos la variación de precio que tiene el ganado en el año, esos desniveles cubren varias subas de éstas, o sea que no nos salgan luego con el cuento que se desestabilizarían con un aumento. No existen.
Según los decretos que están en curso, todas las empresas que contraten vehículos de carga que estén en infracción serán penadas o multadas, es decir, ambos, el propietario y la industria serán pasibles de sanción. La verdad es que hoy eso es moneda común y corriente dado que el asfixie viene siendo grande y las empresas unipersonales han tenido que elegir entre pagar los aportes o comer, y no se piensa en cuál.
Mirarlo de afuera y opinar es muy fácil, lo difícil es estar adentro, colaborar con las soluciones, más cuando las dichosas soluciones pasan por un Estado que hace caso omiso a la fiscalización, no sabemos con qué fin, pero es real, hoy hay camiones trabajando para la industria que no aportan por más de tres días de trabajo, otros que evaden más de sesenta mil dólares por año poniendo los insumos en el país hermano, y así les va mejor que al resto.
Acá viene la pregunta al Sr. Presidente Vázquez, muy clara y con el mayor de los respetos: ¿Usted quiere que todos seamos bagayeros y evasores para que la industria ande bien, para que se sustente uno de los principales rubros exportadores del país? ¿Es muy difícil responder mi pregunta?
Esta es una realidad, hoy el país pierde según estimaciones unos 30 millones de dólares por el famoso machucamiento, tenemos un 75% de los embarcaderos para cargar ganado que no deberían existir, además de que el 90% de los productores ni siquiera van al embarque, que todos los días andamos tropeando las guías, por balanzas, estaciones de servicios, etc., cuando la ley dice que tendrían que entregar en el embarcadero debidamente autorizados.
Por último, la frutilla de la torta, en los mismos metros cada vez cargamos más reses para cobrar algún centésimo más, olvidando que Bienestar Animal dice que son 920 kilos de vaca por metro y 980 kilos de novillos por metro de jaula, y si tienen astas se restan dos del total. Acá, como todo en nuestro país, leemos algunas páginas del libro y otras se pierden o se vuelan, hay que leer todo o nada pero no la verdad a medias.
Hoy tenemos esta realidad, todos separados y cada día económicamente peor, y lamentablemente ésta dice que las empresas de uno o dos camiones vamos a quedar en el camino devoradas por las grandes empresas, y para colmo, con el visto bueno de la industria. Y miren que sé que no les van a gustar estas vagas explicaciones pero la realidad a ninguno nos gusta escucharla.