UTFU: Algo para reflexionar en voz alta
Qué tal estimados lectores: volvemos a la comunicación por esta vía tan valiosa que es la revista. Nuestro lugar de gremial del transporte nos intima en esta hora a compartir algunas reflexiones con ustedes.
En primer lugar nos quisiéramos referir a los días que corren y al trabajo, que escasea cada vez más. Lejos, aunque cercanos en el almanaque, quedan -al parecer- los años más jugosos para el transporte de cargas por carretera. Hoy vemos por doquier camiones parados, quejas por la falta de trabajo, rutas destrozadas pero con poco tránsito de camiones (basta ver los comparativos con años anteriores), y con todo esto también tarifas poco acordes a los costos del transporte o por lo menos para las empresas constituidas formalmente. Este es un tema que las gremiales debemos abordar por más escabroso que parezca porque en ello se nos va el destino de muchas de nuestras empresas socias.
Ha cambiado la discusión de qué es lo que deben de plantearse como eje de debate las gremiales, hoy debemos de caminar junto a nuestros socios y sus problemas más cercanos como los avances tecnológicos que están a la vuelta de la esquina. En el accionar de estos nuevos elementos de control y gestión, entre otras cosas, las empresas sin estructura quedan en desventaja a la hora de competir.
El Uruguay debe de tener una nueva política de regulación del transporte, donde entren en juego las nuevas normas, los nuevos emprendimientos económicos a nivel país, las nuevas tecnologías y los cupos de camiones regulados según la cantidad de cargas que tiene el país, de lo contrario existirá siempre un ciclo de sobreoferta de camiones que hará que el mercado nunca tenga estabilidad.
Alguien tiene que abordar estos problemas, que son los que se esgrimen una y otra vez en distintas reuniones. El rol del MTOP debe de involucrar al sector también ya que al parecer hemos tenido más ministros de obras públicas que de transporte.
La compra indiscriminada de camiones beneficia sin lugar a dudas a quienes los venden, a los bancos que los financian y cobran sus intereses, a los cargadores ya que a mayor tecnología menor tiempo de traslado, y le sirve al país en lo que hace al mayor mantenimiento de sus obras de arte, rutas, etc., pero ¿le sirve al transportista?, llega a descontar la inversión, y hablamos del chico o mediano, no del grande.
Hoy la superpoblación de camiones me hace pensar que no, que muchos están volviendo a los bancos y que otros se están haciendo pedazos trabajando por debajo de los costos, lo que no permite un mantenimiento de la unidad como debe de ser y ni siquiera pueden pagar los tributos en fecha. Entonces la cuestión es, ¿a quién le sirve esta situación?
A veces vemos con asombro como se reverencia a quienes vienen a invertir, dándole todo tipo de prebendas sin obligaciones, más allá de lo ya sabido (generación de puestos de trabajo), por ello nosotros nos preguntamos si los puestos de trabajo genuinos que genera el transporte de cargas le interesa a alguien.
Sabemos que el transporte creció, sí, somos conscientes de ello y no es una contradicción lo que decimos, pero ese crecimiento del país no era perdurable en el tiempo y muchos creyeron que sí, y ahora deben afrontar las consecuencias.
Hay quienes apuestan a una depuración natural como “dicen” que siempre pasó, será que es así o en esta depuración se van otros que no son los que especulando con el capital ingresaron al sector, hablo de los de siempre, los de toda la vida, los que crecieron y quedaron en un punto crítico donde no son ni grandes ni chicos y no pueden acomodarse en ningún lado, los que tienen trabajadores a los que dar empleo y no consiguen fletes.
Ahora bien, el chico, aquel que apechugando la lleva, que trata de sortear dificultades pero que muchos meses capaz que no logra sacar un sueldo, que espera una zafra cada vez más corta con precios que no reflejan lo real, y ante esto no tiene respuestas y muchas veces ve como otros que apuestan a una suerte de ruleta rusa (informalidad) se llevan la carga delante de sus narices. Este tipo de cosas deben estar en el debate gremial y del Estado, de ese que hace y no siempre mira para donde hay que mirar.
Escuchamos y vemos cuando se habla de resolverle los problemas a algunos megaproyectos que traen inversiones millonarias, que dinero en puertos, en ferrocarril, etc., etc., y no se mira la realidad del transporte de cargas por carretera en donde se multiplican los problemas y no así las cargas, ni tampoco se escuchan los reclamos del sector.
Esos emprendimientos importantes para el país (llámese UPM y Montes del Plata) escupen al mercado más de mil camiones cada cinco años y nadie regula esta acción, es más, hay quienes la ponderan. Esos camiones (tractocamiones) invaden sectores de actividad del transporte, depreciando el valor de los fletes y del camión usado (ya que no encuentran quien los compre, incluso a bajos precios), usando métodos de cálculo para el valor de los mismos que no son valederos. Este es un problema que lo venimos manifestando desde hace mucho tiempo, debe de existir una política acorde para que nadie perjudique a nadie y exista una convivencia normal entre los negocios del transporte de cargas.
Hay mucho para trabajar e intercambiar, generemos los espacios, generemos los cambios, en una palabra: seamos protagonistas de esta historia.
Un abrazo Comisión Directiva