Albérico Frachia: Genética Emprendedora
En nuestra recorrida dialogamos con Albérico Frachia, quien es propietario de la avícola más grande de la zona, Granja La Naturaleza, que tiene unas 100.000 gallinas y emplea a unas 50 personas, y de Catelán S.A., pionera en el país en investigación y mejoramiento en genética porcina.
Granja La Naturaleza: puro huevo
¿Qué nos puede decir de su vinculación al sector avícola?
Mi padre desde la década del 50 estuvo en el sector, por eso no es de extrañar que junto a mi hermano nos vinculáramos. Nos desarrollamos hasta que en la década de los noventa iniciamos caminos separados, continuando con la avicultura. Ahí cree “Granja La Naturaleza” que vende huevos para el consumo, manteniendo la calidad como diferencial. El huevo tiene un sabor diferente porque no aplicamos colorantes y usamos muchos granos como el maíz, lo que hace que el gusto sea diferente.
Vendemos nuestra producción en buena parte del país con repartos propios. Somos muy celosos de la calidad, del estatus sanitario, aplicamos rigurosas normas de bioseguridad, el huevo que se produce aquí lo puede consumir desde un bebé hasta un anciano.
¿Qué materia prima utilizan para la elaboración de la ración?
Algo de maíz y soja lo producimos nosotros, aunque compramos la mayoría de la materia prima con la que se elabora nuestra ración. Tenemos un molino y una planta de ración solo para uso propio ya que no vendemos para afuera.
¿Cómo está el negocio en la actualidad?
Este negocio hay que conocerlo mucho, es un rubro que tiene altibajos, sufrimos mucho los embates del huevo contrabandeado de Brasil. En la frontera tenemos grandes dificultades y cuando el cambio favorece, eso ese intensifica.
Además de que estos productos de contrabando no pagan impuestos, lo más grave es que nadie los controla y eso es un riesgo muy importante para la sociedad.
Catelan S.A.
En 1995 y en un avión chárter arribaron importados de Europa los primeros porcinos machos y hembras. Ese fue el inicio del trabajo de construcción de una granja tipo -igual a las que había en el viejo continente- que se instalaría con 20 líneas diferentes de cerdos.
Por esos años, este tipo de granja porcina era única en el país, y de las pocas en el continente ya que solo existían dos o tres en Brasil y recién estaban comenzando a construir una en Argentina. La firma uruguaya vanguardista en genética porcina se manejaba bajo los estándares y requerimientos europeos.
En 1991, Albérico viajó a Europa y tuvo la posibilidad conocer avícolas y granjas de cerdo, pudiendo realizar incluso el curso de inseminación artificial, algo que para esa época era desconocido en Uruguay. A los dos años, se trasladó nuevamente a Europa, donde sus contactos le ofrecen traer una empresa de genética para América Latina, propuesta que fue aceptada.
Las exportaciones comenzaron en 1997 hacia Argentina, y también lo han hecho en su momento a Ecuador. Ha exportado varias veces a Bolivia y en estos momentos están tramitando todo para exportar a Colombia, Perú y nuevamente a Ecuador. A Paraguay se exportó varias veces, allí se tiene una base con gente de ese país donde se produce muy bien.
Los datos de todos los controles de genética se llevan en Uruguay, a donde se procesan, previo asesoramiento de los técnicos de Catelán que les mandan cómo deben llenar esa base.
¿Qué nos puede decir de los cerdos de Catelán?
Los animales están todos bajo techo y sobre piso enrejillado de forma que no tengan contacto con la materia fecal, además cuentan con calefacción con loza radiante eléctrica para que los lechones al nacer tengan calor por la barriga y no por el lomo. La ración para los animales es formulada por nosotros.
En los cerdos híbridos solo se cruzan dos sangres, no se hace manipulación hormonal, solo se utiliza sangre natural y se hace inseminación artificial. El que quiere un cerdo de calidad compra reproductores acá, nuestra empresa les da asesoramiento a todos los productores que compran animales.
¿Cómo se compite en nuestro mercado con este tipo de producto?
En nuestro país las dificultades vienen por el lado de que los productores no encuentran a quién venderle los cerdos, ya que entra mucha carne de Brasil. Los sucesivos gobiernos no han valorado este tipo de producción ya que dejaron y dejan entrar de forma desmedida la carne de cerdo extranjera, cuando se puede producir perfectamente en nuestro país.
No digo que haya que prohibir la importación, pero si al menos entrara menos cerdo tendríamos mayor mano de obra y mayor recaudación de impuestos por el movimiento que causaría este sector, entre otras cosas positivas. C2015