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Columnistas

ERF, una marca con apellido ilustre


30.07.2014
ERF, una marca con apellido ilustre

Esta sección tiene la particularidad de nutrirse de muchas fuentes, sobre todo de los amigos lectores que aportan los más variados datos de camiones que circularon en Uruguay, que recorrieron nuestras rutas y caminos, donde hemos encontrado verdaderas "joyas" del transporte, que lamentablemente se han ido perdiendo.

En lo referente a las marcas menos conocidas, con sorpresa las vamos descubriendo con datos fotográficos o relatos que nos hacen llegar. A finales del año pasado, realizando esa incesante búsqueda de nuestra historia del transporte, encontramos los rastros de lo que una vez fueron camiones de una marca que jamás conocimos en Uruguay: se trata de la inglesa ERF.

Las unidades antiguas que encontramos en nuestro país en varios países europeos son muy buscadas, verdaderas maravillas que son reconstruidas por coleccionistas manteniendo el diseño original.

El nombre de la marca alude a las iniciales de Edwin Richard Foden, el hijo menor de quien allá por el año 1856 comenzara a experimentar con vehículos a vapor que quedarán en la historia como una marca registrada llamada Foden.

Edwin, luego de algunos desacuerdos familiares, crea su propia marca junto a su hijo Dennis, con la planta de armado muy cercana a la de su familia. Así en 1933 sale a la venta su primer camión con un motor de cuatro cilindros, capaz ERF, una marca con apellido ilustre de llevar hasta siete toneladas de carga, bajo el nombre de ER Foden. Al poco tiempo la gama de vehículos fue ampliando sus versiones, modificando su capacidad de carga y ofreciendo dos modelos tractores para llevar remolques con las más diversas cargas, para ese tiempo la marca ya llevaba el nombre de ERF.

Esta empresa fue una de las pocas del Reino Unido que en plena Segunda Guerra Mundial tenía permiso para continuar con su producción.

Una vez terminada la guerra, la empresa presenta la nueva línea de camiones serie V e incrementa el nivel de sus exportaciones. En la segunda mitad de la década de 1950 la marca sorprendió con el modelo KV que contaba de una cabina panorámica con amplios parabrisas y la parrilla ovalada. Este vehículo contenía varias mejoras respecto a sus TC antecesores, como el sistema de frenos que era muy eficiente.

Sobre la base de este ejemplar, ERF realizó modelos específicos para cargas pesadas y comenzó una próspera etapa de exportaciones, siendo Sudáfrica un gran consumidor de esta marca.

En 1965 la empresa toma la decisión de instalar en Sudáfrica una planta de montaje comenzando a armar el modelo LV con diseños específicos para ese país. En la década de 1970 vio la luz el nuevo modelo de la marca, se trataba de la serie C, contando con versiones específicas para vehículos de bomberos, obteniendo muy buenos resultados en este nicho de mercado.

Durante la década de 1980, ERF entró en una importante recesión provocando una baja en su producción y vendiendo su división de vehículos específicos para bomberos.

A finales de los años 80 la nueva serie E incrementó las ventas de vehículos, consolidando los modelos ECS y ECX en Europa.

En 1996 la marca ERF es vendida a una empresa que más tarde terminó en manos de Man. 

Con la compra de ERF por parte de Man esta marca ha perdido en parte su personalidad al adoptar la cabina de la gama TG de Man aunque mantiene los motores Cummins y Caterpillar.

 

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