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Confitería Irisarri: Cuando 100 años de actividad son tiempos pasados

TRAYECTORIA EMPRESARIAL

26.12.2015

Irisarri cuenta con confitería, fábrica de bombones, sandwichería, fábrica de pastas y salón de fiestas, además de que con el departamento de catering atiende los departamentos de Lavalleja, Treinta y Tres, Maldonado, Cerro largo y Montevideo.

Actualmente cuenta con más de 50 funcionarios y sus productos son realizados con la máxima calidad y con las mejores materia primas, como es tradicional desde sus inicios.

Para conocer sobre los orígenes de la famosa confitería minuana hay que remontarse al año 1848, cuando el catalán Don Cristóbal Carbonell y Planas llegó a estas tierras a “hacer la América”. Instalado en la ciudad de Minas, abrió un café y confitería. El visionario empresario, además de muchas ilusiones, había traído una receta de su tierra vernácula: los yemones. 

En 1898, Don Manuel Irisarri Aguirre y Don Mateo Figini adquieren el comercio de Carbonell y Planas, continuando con el comercio y ampliando el negocio con almacén de comestibles. En 1929, Alberto y Manuel Irisarri (hijo) toman a su cargo el comercio al fallecer su padre. La segunda generación familiar le da un importante impulso al negocio, así pues, en la década del 30 inauguran un salón de fiestas, una fábrica de helados y hasta realizan una importante ampliación de las instalaciones en donde incorporan la reconocida terraza. Ya en 1963, cuando la firma estaba en manos de Alberto Irisarri desde hacía 18 años, el pionero realizó en el espacio contiguo a la confitería la primera galería del interior del país.

En tiempos en que las distancias se recorrían en más tiempo, la confitería contaba con alianzas como con la empresa COT que realizaba sus clásicas excursiones. En todos los casos en los que el destino era conocer la ciudad de Minas tenían “parada obligatoria” en la confitería Irisarri a la hora del té, la que era literalmente invadida por los viajantes y sus requerimientos de llevarse algún rico recuerdo de la confitería. 

En 1977 asume en la directiva de la empresa la tercera generación, compuesta por los hermanos Alberto y Miguel Irisarri Clérici, quienes le dieron su propia impronta a la firma. 

Los tiempos fueron cambiando y las excursiones ya no entraron al centro de la capital, los días de la Virgen del Verdún pasaron de ser días en los que había que poner 7 cajas registradoras para poder atender la demanda a ser prácticamente días comunes. Las costumbres fueron cambiando y hubo que aggiornarse. Para que este cambio no fuera tan drástico, en la década del noventa la confitería se fue modernizando, contando con asesores para tal situación.                                   

El servicio de catering fue uno de los últimos servicios incorporados -hoy ya está consolidado- y sus productos siguen siendo sinónimo de quien viaja a Minas , hablamos de una marca que es reconocida en todo el país y que sigue en plena vigencia 117 años después de sus primeros pasos, con la tercera y cuarta generación familiar incorporadas.   

Productos reconocidos en todo el país

Las yemas -tradicional producto de Cataluña- son de los productos más reconocidos de Irisarri porque  están unidos ineludiblemente a la marca desde que en 1848 Don Cristóbal Carbonell y Planas las comenzara a vender en Minas. Pero hay otros que se fueron consolidando con el transcurso del tiempo, que incluso con el marketing de sus envases estuvieron bien presentes desde un inicio, como es el caso de los Serranitos que ya a finales de los 20`s se presentaban en una cajita que simulaba el Ventorrillo de la Buena Vista. También no podemos dejar de mencionar los súper dulces Damasquitos que se presentan en envases vistosos y que se fueron convirtiendo en sinónimo de la ciudad de Minas.

Una historia particular es la de los alfajores Verdún, que tienen como anécdota que fueron creados en los años 30`s como los Franquitos pero a los que se tuvo que cambiar el nombre en 1936 por la llegada al poder de “el Generalísimo” Franco en España.   C2015