ARIEL GONZÁLEZ: El agenciero de Nossar en Blanquillo
En el año 1971 la empresa Nossar se lanza a la aventura de unir la capital de Durazno con la localidad de La Paloma; debido al estado de los caminos, esos viajes eran toda una aventura.
Ese servicio que pasa por la localidad de Blanquillo desde sus inicios, tiene la particularidad de contar con una agencia que sigue siendo atendida por la misma familia.
Ariel González, conocido por los veteranos del pueblo como “El Gallego”, se hizo cargo de la agencia en el año 1986 cuando su padre falleció, siendo responsable también de atender el bar.
Blanquillo se encuentra en el departamento de Durazno distante unos 125 kilómetros de la capital departamental; se la denomina “la capital de la cerámica” y desde que llegó Nossar en el año 1971 hasta la fecha, la población se ha mantenido en algo más de 1000 habitantes.
Al ingresar a la agencia de Nossar en esa localidad, se puede apreciar rostros dibujados por Ariel, desde trabajadores de la empresa hasta jugadores de fútbol o reconocidos cantantes. Dependiendo de la hora del día, también se puede escuchar a “El gallego” practicar con el acordeón.
En el registro del viaje a La paloma había pasado por esta agencia y me había prometido parar a charlar con este agenciero tan particular. Así conocí parte de su trabajo e historia.
¿Cómo fue el contacto con la empresa Nossar?
Donde hoy es la Junta de Blanquillo, antiguamente mi padre tenía bar y ahí vivíamos; en el año 1971 apareció Pablo Nossar y así comenzó el contacto.
Ese año comenzó la línea de la empresa Nossar de Durazno a pasar Blanquillo y La Paloma y mi padre arrancó con la agencia.
En el año 1981 la agencia se trasladó al actual lugar, en el año 1986 mi padre falleció y comencé a hacerme cargo hasta el día de hoy.
¿Cómo eran los primeros viajes?
Muy complicados, los caminos no estaban bien. Ahora el ómnibus pone dos horas y cuarto, pero antes salía de Durazno a las 19 horas y llegaba acá a las 23 o más.
Los días de lluvia era común que algún ómnibus de Nossar quedara empantanado, eran muy complicados los caminos, había que avisar a algún vecino con tractor para sacarlos.
¿Notas cambios en la forma de viajar y en las encomiendas?
Los turnos hacia Durazno son de un ómnibus por día y otro que vuelve diariamente. Eso se mantiene desde los inicios; después están los cambios en la tecnología, yo aún tengo libretas de cuando se expedían los pasajes de forma manual, hoy todo se hace con la computadora.
Las encomiendas cambiaron, antes eran comunes las bolsas de maíz, ración, hasta alfalfa se traía, eso ya no se ve más. Actualmente tenemos servicio de distribución de las encomiendas o se avisa a quienes tienen que venir a retirar algún paquete.
¿Han pasado varias generaciones por su agencia?
Sí, varias, hace un tiempo apareció un profesor nuevo que me dijo que de niño vivió en la zona y que pasaba con su mamá y yo le regalaba caramelos. Por acá transitaron varias generaciones de familias.
Es una línea en la que viaja gente, van estudiantes, personas a hacer compras o a trabajar, también por temas de salud.
¿Dibujar y tocar el acordeón son sus hobbies?
Una vez quise iniciar un curso de dibujo por correspondencia, pero no lo pude hacer, entonces sí, dibujo por hobby, me distraigo con eso. Hace muchos años teníamos una orquesta en el pueblo y yo tocaba el acordeón, ahora lo hago como rutina diaria, lo practico todos los días, son ejercicios para mantener la digitación y mejorar.