Lo que quedó más allá del último conflicto del transporte de cargas
Para entender un poco de “lo poco” que se supo de dicho conflicto, debemos aclarar que la baja visibilidad del mismo no es cosa nueva, sobre todo si a quien se tiene enfrente es una empresa multinacional que tiene medios a la orden, impedimento de notas y crónicas sobre la cuestión, etc. También debemos recordar que luego de finalizado el mismo con relativo éxito o con alguna salida decorosa, se prohibió la difusión del acuerdo bajo una cláusula de confidencialidad, y esto muchas veces pasa para que no se sepa el tenor del acuerdo, ya que este puede significar el triunfo de quienes llevaron adelante las medidas.
Lo importante o lo medular no solo es lo económico, lo significativo en él es el detonante y las posibles consecuencias, por un lado actuó como un disparador de temas y realidades del sector, por otro deja el sabor agridulce de los acuerdos logrados, hasta dónde se condicen con la movilización realizada, máxime si tomamos en cuenta el esfuerzo realizado por otras gremiales y pequeños transportistas como por ejemplo los de la zona de Nueva Palmira, quienes jugaron un rol de real importancia para resolver el mismo.
Queda la discusión sobre la capacidad real organizativa de la cámara de transporte, en la que recaen los logros y los fracasos de los problemas del transporte. La escasa participación de las gremiales en los temas importantes debe hacer reflexionar a los dirigentes sobre los cambios necesarios a llevar adelante para transformar urgentemente esta situación, más aún con las dificultades existentes y con las que se avecinan.
Las contundentes divisiones en el tema de la Guía de Cargas lo dejan al descubierto: ¿Cuántos transportistas realmente la quieren y cuántos no? ¿Cuántos la entendieron y cuántos no? ¿Cuántos saben los temas que solucionan y cuántos le temen porque tienen que blanquear lo que realizan?
Ahora bien, se logró comunicar de la debida forma al asociado de las gremiales, es decir, al transportista, sin importar el porte del mismo, no solo al dirigente o al empresario grande, decimos a las miles de empresas que integran la ITPC a través de los distintos escaños.
Hemos visto en más de una oportunidad el esfuerzo realizado por sus dirigentes, dejando de lado quehaceres de sus empresas para trabajar por las gremiales en forma honoraria pero esto parece no alcanzar, es más, no alcanza si uno ve los resultados. El aumento de trabajo generó en los últimos años una dispersión aún mayor en el sector, aislando las dificultades, generando un ingreso masivo de gente al transporte que no tiene tradición en él y haciendo mutar muchas de las reglas preestablecidas, por lo que de esta manera los conflictos que se vivieron en los últimos tiempos tuvieron los problemas antes mencionados.
Haciendo una recorrida con referentes del transporte, éstos coinciden en el análisis de que es necesario dotar de otra dinámica la participación de los transportistas, además de que por otra parte quedó demostrado en el conflicto de la cerveza que la gremial de mayor participación fue la de Colonia, aguantando con su gente por varios días -en los lugares de importancia- al tiempo que la participación en las asambleas de presidentes cada vez era menor semana tras semana. Así se llega al final de un conflicto donde al decir popular “apareció la plata y los monos empezaron a bailar”, y ¡chau abuso de multinacional! y ¡adiós posición dominante! y ¡chau subsidio vergonzoso!, etc., etc.
Cada uno podrá analizar sobre cómo se salía de esta situación pero a la distancia y sin saber ni siquiera quienes fueron los que estuvieron realizando el esfuerzo importante, parece quedar una sensación no del todo buena, es decir, nos ponen la plata arriba de la mesa y solucionamos aunque quede trabajando un pequeño grupo de esas empresas y otras se vayan con algo de dinero (oficialmente no sabemos pero debe de haber conformado), además de que diste de la solución del arranque del conflicto, donde se sostenía que se estaba ante una situación de atropello de una empresa multinacional que quería barrer a quienes durante tantos años venían trabajando en la misma, a favor de otra de capitales extranjeros etc., etc. Y bueno, ¡si habrá que trabajar para explicar estas cosas en el Uruguay profundo donde después cuesta tanto llegar!
Al momento de cierre de este artículo se conocieron los nuevos incrementos salariales para el transporte de cargas nacional que son de un 7.39%, un 11% aproximadamente para el transporte de leche, y los viáticos aumentaron un 8.53 %, además de que comenzó a regir un nuevo precio de los combustibles -un 5% para el gasoil-, el dólar blue en Argentina se fue a $15, etc., etc. ¿No será el momento de comenzar a pensar qué hacer?
Nos vemos en la próxima y nos seguimos escuchando.