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Julio Otero de Estación Las Toscas: “Los clientes son amigos”


21.05.2015
Julio Otero de Estación Las Toscas: “Los clientes son amigos”

En pleno balneario canario de Las Toscas nos encontramos con una estación de servicio Esso que es punto de referencia ineludible ya que data de los años 50. 

El comercio es reconocido por su trato personalizado y quienes alguna vez usufructuaron sus servicios seguramente volverán a pasar.

En pleno mes de marzo, ya culminada la temporada, nos dimos una vuelta por ella para charlar con Julio Otero, su propietario desde hace 43 años, a quien difícilmente no se lo encuentre en su comercio. 

El balneario retoma el ritmo habitual de vida fuera de temporada, el que se asemeja al de un pueblo del interior. Quienes viven en ese balneario se conocen, por ello no es extraño escuchar como los clientes saludan cordialmente a su dueño por el nombre. 

El tiempo ha pasado pero las instalaciones y la esencia en la atención prácticamente no han sufrido alteraciones, conservando el estilo de antaño y la personalización de siempre, en donde motos, autos y demás clientes se surten de combustible, o aprovechan para ingresar a la estación para a jugar una quiniela o llevarse algún producto despachado por Ana, la esposa de Otero.

¿Cómo se hizo de esta estación de servicio?

Casi por casualidad, vinimos a visitar unos familiares que tenían su casa casi enfrente a la estación, con mi esposa salimos a caminar y nos llamó la atención la estación. Como ella tenía ferretería en Paso Carrasco miramos el salón que tenía la estación y nos pareció bueno para poner una ferretería, pero solo era una idea. Como vio nuestro interés, el dueño nos llamó para ofrecernos la estación completa. Luego de varias conversaciones se la compramos.

¿Cómo le fue en los primeros tiempos con la estación?

Se trabajaba mucho con los argentinos, gastaban mucho en esos años, el 40% de este balneario era ocupado por argentinos que venían durante todo el año. Para nosotros era muy sacrificado, yo por ejemplo al principio trabajaba de mañana en la inspección veterinaria de los frigoríficos, me iba a las dos de la mañana y llegaba a las dos de la tarde, y ahí me quedaba en la estación. Fue un sacrificio que valió la pena. 

¿Y ahora como es el balneario y sus clientes?

Ahora se está viniendo a vivir mucha gente de Montevideo, además ahora hay más servicios, antes por ejemplo había una sola línea de ómnibus y ahora hay cuatro. 

Las Toscas sigue siendo un balneario tranquilo, se han venido muchos jubilados y quienes se vinieron a vivir y trabajan en Montevideo arreglan entre conocidos, se juntan entre cuatro y van en auto dividiendo los gastos.                             

Acá los clientes son amigos, hay muchos que llegan con la aguja en reserva porque quieren cargar acá, somos conocidos de muchos.

¿Finalmente anexaron la ferretería u otro negocio?

Nunca pusimos la ferretería, llegamos a poner una inmobiliaria para una hija y anexamos un reparto de leña, compramos unos camiones en que andan los hijos y alguna máquina vial para hacer ciertos trabajos. Con los camiones hacemos algunas cosechas también.