William García: “La lluvia complicó el arroz y la soja”
William García pensaba bajarse del camión a los 60 años de edad, pero pasaron algunos años y aún sigue arriba de los camiones; un poco porque faltan choferes y otro poco porque estar atrás del volante, es su vida entera.
Desde muy joven estuvo vinculado al camión, primero como empleado y luego, con mucho sacrificio, inició su propio camino hace 38 años con un viejo Fiat del año 60’.
Con el paso del tiempo se consolidó en el sector desde su ciudad, Trinidad, y ha estado vinculado a los más diversos rubros del sector.
Hoy por hoy, el transportista cuenta con siete camiones, pero llegó a tener 13 vehículos en su empresa.
En nuestra última visita a la capital de Flores, charlamos con García y conocimos la actualidad de un transportista de la viaja guardia.
¿Qué actividades desarrolla su empresa hoy por hoy?
Hoy tengo camiones en el grano, en el transporte internacional, desde Argentina con la cisterna transportando fertilizante líquido. Estoy en la madera llevando madera curada y hago el reparto de madera de la industria Matra. Vamos a todo el país, visitamos barracas, viveros, bodegas, entre otros lugares.
¿Cuándo se dio el mayor crecimiento de su empresa? Y hoy, ¿cómo está la actividad?
El mayor crecimiento fue cuando vinieron los argentinos a plantar soja, ahí crecimos todos, yo llegué a tener 13 camiones. Ahora hay mucha competencia en todos los rubros, está muy complicado, pero es lo que sé hacer, ahora ando mucho menos, pero me gusta; mi idea es mantener lo que tengo, brindando un buen servicio.
¿Cómo le fue en la cosecha del arroz, y cómo están trabajando actualmente con la soja?
El arroz pintaba muy bien, pero con la lluvia se complicó todo. Los caminos estaban destruidos, se hacían varios kilómetros con el agua a la mitad de la rueda, era imposible llegar a la chacra, para mí fue muy jodido.
Con la soja vamos luchando, trabajamos dos días y hay que parar por la lluvia. Esta semana trabajé tres días, con muchas dificultades. La soja va al puerto de Nueva Palmira, por ahora algo se va sacando, pero la lluvia complicó el arroz y la soja.
Una tradición que mantengo es que cuando arranca el arroz, desde hace 30 años, me voy a Varela y me desenchufo. Me encuentro con amigos o los hijos de ellos, y cocinamos con los choferes. Muchos me conocen; se pasa muy lindo.