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Transporte de Pasajeros

Ferrando y Gutiérrez: Manteniendo la vocación de servicio


21.10.2020
Ferrando y Gutiérrez: Manteniendo la vocación de servicio

> Ricardo Barreto

A inicios de los años 60’, la empresa de ómnibus Borderre se pone en venta, y dos de sus funcionarios deciden conformar una sociedad para comprar la misma. Así que el 2 de mayo de 1962 la empresa Ferrando y Gutiérrez inicia sus servicios entre Tala y San Ramón.

A inicios de los años 60’, la empresa de ómnibus Borderre se pone en venta, y dos de sus funcionarios deciden conformar una sociedad para comprar la misma. Así que el 2 de mayo de 1962 la empresa Ferrando y Gutiérrez inicia sus servicios entre Tala y San Ramón.

En una nota que le realizamos a Don Ferrando en el año 2008, nos comentó: “Tuvimos que pagarle al banco $1700 mensuales por la compra de la empresa, y en tan solo 10 días, teníamos la plata”. Comenzaron con viejas unidades y pésimos caminos, pero con muchos pasajeros que se iniciaban en su propia aventura.

Más reciente en el tiempo, la empresa incorporó su segunda línea entre Tala y Barrancas. La empresa cuenta con el fideicomiso nacional que le corresponde a todas las empresas y subsidios de la intendencia; hoy hay mejores caminos y ómnibus más nuevos, pero menos pasajeros para transportar. 

La línea inicial entre Tala y San Ramón tiene una distancia de 18 kilómetros, y la línea a Barrancas es de 25 kilómetros, que básicamente se adecúa a los horarios escolares.

Hoy en la empresa se encuentra Ricardo Barreto, yerno de Don Ferrando; hace 22 años que está en la empresa. Recuerda que hace unos 15 años atrás necesitaban poner dos ómnibus para cumplir con la demanda de estudiantes, pero eso hoy es historia, y la línea se realiza con un micro. El aumento del parque automotor es el principal competidor del servicio.
Al ser un tramo corto este tipo de servicio tiende a desaparecer, la gente tiene vehículos propios y se traslada por su cuenta. Sus clientes principales son estudiantes y gente mayor.

Sobre la pandemia, Ricardo nos dijo que: “en marzo y abril pasamos a vender entre un 10 y un 20% de los boletos habituales, y a mitad de año ya comenzó a subir más gente al ómnibus. Llegamos al 50% de los boletos y de a poco vienen aumentando”.

Sobe la realidad de las líneas, expresó: “Mi suegro tenía vocación de servicio y yo me quedé con eso, porque si ves el negocio de las líneas, no lo hacés, te da mucho trabajo, pero hay gente que necesita trasladarse y gurises que necesitan estudiar.”“Otra de las tradiciones que se mantienen de la época de mi suegro es el relacionamiento con quienes trabajan en la empresa, tenemos gente que trabaja con nosotros desde hace muchos años, es como parte de la familia”.

Como transportista Ricardo Barreto también hizo su propio camino, “tengo dos coches de turismo y eso en épocas normales ayudan a la línea; con eso se trabajaba muy bien pero con la pandemia, por ahora no hay perspectiva de una pronta vuelta a la actividad”, culminó.