Mario Sosa, los relatos de un transportista en continua lucha
Cuando le preguntamos cuántos años hace que está con esto del transporte, Sosa piensa, es que toda la vida estuvo vinculado al sector. Los inicios del transportista tras el volante fueron cuando tenía tan solo 16 años, “con mi padre traíamos gente de San Gregorio a la estación de tren en Achar”, nos comentó.
Hoy a sus 72 años sigue vinculado a sus comienzos, a las líneas de campaña, y si bien antes llevaba pasajeros a tomar el tren, hoy transporta vecinos de uno de los tantos pueblos que por la falta del tren tienen en los servicios rurales de ómnibus su único medio de transporte.
Desde su casa en Tacuarembó se pueden observar los ómnibus parados en la calle, veteranos, incluso alguno lleva sin funcionar algún tiempo y quizás hasta no vuelva a funcionar.
Como contraste vemos como otro ómnibus tiene movimiento de pasajeros, y si bien faltan varias horas para su partida a Paso del Cerro, hay viajeros que una vez terminado sus trámites o mandados prefieren esperar en el ómnibus el regreso a su casa.
La amena charla con el transportista tocó varios temas y repasar todos los servicios que realizó en sus pagos de Tacuarembó nos lleva un rato. Repasamos desde el transporte a la estación de trenes hasta los servicios a la capital departamental, como atravesaba la ruta 59 hasta Clara -“ómnibus que entraba a esa línea salía molido”, o su servicio actual a Paso del Cerro.
Muy recordado en su trayectoria está el paso en ONDA, donde desde San Gregorio de Polanco “hacía la combinación de la ONDA a la ruta 5 , y al mismo tiempo había puesto una línea que salía de San Gregorio hasta Tacuarembó”.
Hoy cuenta con un servicio regular a Paso del Cerro y otro servicio de estudiantes a la escuela de Clara donde se encuentra el primer Programa de Formación Profesional Básica adaptado al medio rural. Ese servicio transporta jóvenes de localidades como Paso de los Novillos, Montevideo Chico, Rincón de Zamora, La Hilera, Aldea de San Joaquín, Los Furtado y Los Cuadro hacia Clara.
Le consultamos a Sosa sobre la rentabilidad de su servicio rural a Paso del Cerro y sobre la cantidad de pasajeros nos contó “a veces llevo 7 u 8 pasajeros, a veces anda alguno más, hay poca gente en la campaña”.
Trabajó toda la vida pero cuando pretendía jubilarse el transportista recibió la noticia de que con $8640 de jubilación se tenía que arreglar, lo que lo obligó a seguir trabajando hasta al día de hoy.
Cuando 50 años ya es historia
En 1961 y con un Chevrolet modelo 1937, con tan solo 16 años, Mario Sosa y un amigo enfrentaban los más de 50 kilómetros que separaban San Gregorio de la estación de trenes de Achar una vez al día. Los malos caminos hicieron desistir a su amigo, por lo que Sosa empezó su propio camino, y a falta de un ómnibus se inició a llevar los pasajeros a tomar el tren con un auto marca Oakland.
La demanda del servicio hacía que el transportista necesitara un vehículo más grande y ahí consiguió un pequeño ómnibus Chevrolet 1946 ya medio abandonado que había pertenecido a Muñiz que realizaba un trabajo similar llevando pasajeros al tren de La Paloma en Durazno.
Luego de poner a punto ese vehículo, el viejo micro comenzó enfrentar una vez al día los duros caminos de la época. Entre 15 y 17 pasajeros más las encomiendas de todo tipo formaban parte de la rutina.
Por la década de los 60 los pobladores tenían al tren en la vecina Achar, una línea regular de PLUNA, y con la construcción de la ruta 43 inaugurada en el 66 una conexión con la ruta 5, la ONDA realizaba combinación en el empalme con dichas rutas tanto al sur como al norte.
Ser chofer del ómnibus de la ONDA que realizaba el servicio de conexión fue otro de los trabajos realizados por Sosa durante 3 años.
Ese servicio que realizaba como contratado por la empresa del galgo, primero lo hizo con un Chevrolet, aunque luego la empresa le dio varios ómnibus, así fue que condujo un REO, un ALBION y hasta un GMC, para llevar los pasajeros de San Gregorio y Achar hasta la ruta 5 para tomar los ómnibus con destino a la capital o al norte.
Luego de varias vueltas termino viviendo en Tacuarembó donde está en la actualidad y se inicio con otra aventura, cubrir la capital departamental con Paso del Cerro que cuando ceso los servicios el tren había quedado aislado. Con un Ford Tahmes de los que eran de AMDET se inicio en esa aventura y sigue en servicio ya con otra unidad. Entre su parque de ómnibus nos encontramos con dos micros, un Caio y un Orejano, tres ómnibus, un Facansa y dos Ranger de los que trabajaron en Cutcsa Inter.
Nota publicada en setiembre 2017