EP: Líderes en electromovilidad
La empresa Comonsur tiene una trayectoria de 15 años en plaza enfocada en la minería y, desde hace algo más de tres años, ingresó al sector logístico con la venta de la marca EP que cuenta con auto elevadores, apiladoras y paleteras.
Los productos destacados de la empresa son los eléctricos, impulsados fuertemente por los proyectos de inversión. La empresa cuenta con toda la gama de servicios, venta, alquiler con o sin chofer, y servicio técnico, y ahora suma al local del centro, las nuevas instalaciones de ruta 101, kilómetro 24.500.
Para conocer detalles, dialogamos con Agustín Pérez y Omar Casanova, Directores de Comonsur.
¿Por qué eligieron EP para vincularse al sector logístico?
Cuando decidimos explorar este sector vimos varias marcas, encontramos que EP está entre las tres mejores del mundo. Es de origen chino, de alta calidad; hay varios importadores uruguayos con equipos chinos, pero no llegan a competir por la calidad de EP.
Otro de los puntos que nos impulsó a incorporar esta marca, fue que tenía un elevador eléctrico que se podía mojar; era especial para los terrenos irregulares, un poco más alto que los de las otras marcas, así que decidimos ir por esta marca. Los otros elevadores no se pueden mojar y son muy chiquitos; no pueden andar en terrenos afuera.
La empresa tiene alrededor de tres años y medio con estas máquinas. Comenzamos con auto elevadores eléctricos por la demanda existente; entre los modelos salieron dos productos que se vendieron muy bien: las apiladoras y las paleteras. En esa gama, logramos llegar con una buena oferta y stock. Esos equipos se venden rápidamente.
¿Qué tipo de empresas se animaron a los eléctricos?
Ingresamos a un público que tenía diésel. Por ejemplo, quienes se dedican a la parte alimenticia comenzaron a experimentar con los eléctricos para sus depósitos. Lo hicieron a través de proyectos de inversión que tienen una devolución muy importante de impuestos, cambiando del clásico diésel al eléctrico. Ahí entramos nosotros, con esta línea de productos grande; tenemos más de 50 equipos.
El sector de los elevadores ha crecido exponencialmente. Hay empresas grandes, sobre todo en el rubro de camiones, que nos fueron comprando de a uno. Empiezan de a poco y terminan renovando toda la flota, (como pasó con Volvo que cambió toda su flota con nosotros).
En las apiladoras y paleteras, destacamos muchísimo el rubro de distribución; estamos muy fuertes en todo lo que es comida. Muchísimas empresas de gastronomía nos compran las apiladoras y las paleteras, porque son más finas que el resto. También se han animado rubros que antes eran muy conservadores, como la construcción o pequeñas empresas que se tiraron al eléctrico.
¿Cómo llegan los clientes a su marca?
Tenemos muchos clientes que llegan por la parte del servicio de postventa; supimos suplir una demanda muy grande que muchas empresas no estaban teniendo. Si se rompe un elevador y se arreglar en tiempo y forma, se valora mucho; ahí ganamos muchos clientes. Y después a través de anuncios, llega otra parte muy grande.
Antes estábamos enfocados en el servicio multimarca, ahora estamos con nuestra marca EP Equipamiento.
¿Qué puntos puede destacar del eléctrico frente al diésel?
El auto elevador eléctrico es el mismo que el diésel, lo único que hicieron en la fábrica fue sacarle el motor diésel y colocarle uno a batería. Ese producto que es el diésel común pero eléctrico, entra dentro del proyecto de la COMAP, exonera impuestos; le sirve al barraquero de siempre y al centro logístico más importante.
La diferencia está también en las piezas; un diésel tiene aproximadamente 5.000 partes móviles, el eléctrico tiene 3.000, o 2.500, entonces tiene menos cosas que romper; eso hace que la gente confíe, y aparte está la garantía.
Nosotros le presentamos un proyecto a un cliente donde queda demostrado que, si él usa el auto elevador eléctrico ocho horas por día, durante cinco años, se compra otro más con lo que ahorra de combustible. Además, un mantenimiento vale la mitad, con todos esos ahorros, a los cinco años, se compra otro equipo.
El precio de un eléctrico es de entre un 15 o 20% más caro que un diésel, pero no mucho más. Las baterías de estos elevadores se cargan en una hora; ahora tenemos una versión donde la batería es extraíble para poder cambiar por otra que esté cargada.
¿Cuál es el mayor temor que tienen los clientes cuando consultan por el eléctrico?
Generalmente la gente le tiene miedo a las baterías, porque toda la vida usó diésel y es difícil cambiar. Nosotros logramos negociar con la fábrica para que nos dieran garantías más largas.
Estamos abocados al asesoramiento desde el inicio; por ejemplo, de elegir el equipo adecuado, ya que las prestaciones de los equipos no son todas iguales, siempre hay una altura, tamaño, peso distinto, y ahí es donde nosotros entramos.