“El sector pasó de ser de los estacioneros tradicionales a ser de grupos inversores”
* Mario Echenique y sus hijos, Mario y Maria José
A la entrada de la ciudad de Mercedes, en un punto estratégico en el transporte forestal y agrícola del país, se encuentra la estación ANCAP Echenique Gómez, dirigida en familia por la segunda y tercera generación de quien diera inicio al negocio en el año 1969. Actualmente la firma cuenta con una flota de camiones propia para abastecerse de combustible en Juan Lacaze o Paysandú y también tiene unidades para surtir a su clientela.
En la década de los 70, a la entrada de la ciudad de Mercedes donde hoy está ubicada la ANCAP, había un depósito de combustible rural. Fue allí donde en esa misma década se levanta la actual estación de servicio que en el año 1969 fue comprada junto a un socio por el padre de Mario Echenique.
Hoy la estación para atender al público las 24 horas -en sus modernas instalaciones- cuenta con 20 funcionarios. Para conocer detalles sobre los hábitos de consumo, y un poco de historia y presente de su comercio, charlamos con su propietario Mario Echenique.
¿El consumo de combustible ha variado en las últimas décadas?
Antes, cuando éramos un depósito, se vendía combustible en tanques pero a partir de que se abrió la estación de servicio el trabajo fue muy diferente. Si bien el consumo de combustible no registra una variación muy importante, antes había mucha maquinaria agrícola y camiones a nafta y los picos de consumo se registraban durante un periodo más largo en el tiempo.
Antes se comenzaba a arar en febrero y se terminaba de sembrar en julio, durante esos cuatro meses el consumo era muy importante, después se comenzaba a cosechar a fines de octubre y te ibas hasta mediados de enero con otro periodo importante de consumo.
Hoy, eso ha cambiado, la siembra son 20 días y las cosechas son 15 o 20 días, ahora hay muchas más áreas que antes, el consumo por hectárea ha descendido y los picos de consumo de combustible son muy explosivos en un corto periodo. Hace tres años, luego de que lloviera casi todo un mes, en 15 días se juntó todo el trigo y ninguna estación dio abasto, amanecíamos los lunes sin combustible en la zona.
Ese cambio de consumo, ¿qué impacto tiene en la estación de servicio?
Hasta la década de los noventa el consumo era diferente a lo que es ahora, eso se debe a la explosión de la agricultura y más tarde a la de los camiones. Se pasó a consumir de otra manera y eso nos ha llevado a tener más flota de unidades de acarreo y mucha más capacidad en las estaciones, con el costo que eso significa. Antes no existía el reparto, hoy el que no tiene reparto no vende. Actualmente nosotros para ese servicio tenemos dos camiones y pasan en la calle llevando pedidos. Este es un tema importante ya que hay que brindar el servicio y lo tienen todos.
¿El crecimiento del transporte forestal y de granos se refleja en la estación?
Sí, pero son diferentes, en el caso de las empresas forestales en su mayoría tienen su propio surtidor de combustible, nosotros ahí tenemos que llevar el combustible a las empresas. En el transporte de grano es donde más se nota el crecimiento, es impresionante, si contamos los camiones que pasan por la estación debe representar un 40% de la venta total.
¿La atención al público en las estaciones ha cambiado?
Yo vengo de la época en que el pistero andaba de alpargatas, sin uniforme, con una tartana en invierno y era un paisano más, y hasta se despachaba combustible fumando. Eso ha cambiado mucho, se ha profesionalizado la atención, se entrena al personal constantemente, es ahí donde hay que invertir de forma considerable ya que además de la inversión en formación está el tiempo que hay que pagarle mientras no trabaja y se capacita.
¿Qué temas de actualidad son los que más le preocupan?
El aumento de los costos año a año es muy considerable, la competencia es muy fuerte, si bien a nivel local no tanto, en la región es importante. Con el reparto de combustible ahora no solo competís con la estación de tu ciudad, también competís con 10 o 12 estaciones que vienen con sus camiones desde 50 kilómetros de distancia.
La estación de servicio es un comercio donde permanentemente hay que ir renovando y siempre hay algo para hacer. La cobranza se está poniendo pesada, luego de la crisis se venían realizando por parte de las cuentas grandes con pagos semanales y eso se ha ido en el tiempo. El negocio de las estaciones se tornó atractivo y el sector nuestro pasó de ser de los estacioneros tradicionales a ser de grupos de inversores, abogados, contadores, que tienen a un gerente en esas estaciones a los cuales le piden venta, le piden cifra, y si le da un 2% ya le sirve.