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ELBIO CUBILLA: Entre piques y camiones


29.11.2019
ELBIO CUBILLA: Entre piques y camiones

Hace 30 años que Elbio Cubilla tiene un aserradero en Egaña, desde donde salen tablas, postes, piques y todo tipo de maderas vinculadas al agro. Para sacar la madera del monte así como para entregar los productos terminados, el camión es su mejor aliado.

Tiene una flota de cuatro camiones, un Freightlienr y un Howo del año 2012, un Bedford de 1972 y un Internacional del año 1948 que aún realiza trabajos para el aserradero.Tiene una flota de cuatro camiones, un Freightlienr y un Howo del año 2012, un Bedford de 1972 y un Internacional del año 1948 que aún realiza trabajos para el aserradero.

Para conocer su empresa con más profundidad, conversamos con él a continuación. 

¿Cómo empezó en la actividad del aserradero?

El primer lugar donde empecé a trabajar con el aserradero fue en la zona de Cololó, ahí empezamos con un aserradero portátil, arriba de un chasis en un camión. Luego de haber trabajado durante 10 años en esa zona me vine para Egaña, ya que había muchos montes buenos; en un principio lo hice por dos o tres años, sin embargo hace ya 30 años que estoy acá.
Arrancamos trabajando con mi señora y una vecina en el monte, ellas realizaban el trabajo de hombre, incluso mejor. Íbamos en la mañana, talábamos, preparábamos todo y en la tarde lo veníamos a cargar. En ese momento el camión cargaba 10 mil kilos.

¿Cómo se negocia un monte para comprar la leña que tiene?

Se estima la cantidad de toneladas que hay en el monte y de ahí se le saca el precio, eso es a ojo, es uno el que tiene que hilar fino. Hay que decidir qué madera es para tabla, cual para pique y qué madera da para poste y sus rendimientos. De ahí se saca el precio global del monte. Los años de experiencia funcionan en esta parte, tuvimos muchas enseñanzas, aprendimos de los errores y de las veces que anduvimos bien. Me tocó perder muchas veces y me sirvió como escuela. 
Hay un tema que no se puede dominar: todos los montes no pesan igual, dependen del terreno. Los mejores montes que hemos realizado fueron campos de arena, y los campos de piedra son muy buenos también. Pero si vamos a un monte de Cololó (del otro lado de la ruta 14) donde hay tierra negra, es complicado, ahí el panorama cambia.

¿Cómo ha cambiado la actividad?

Han aumentado los costos, por eso trabajamos con poca gente; hoy en día tenemos material de hace 10 meses que no vendemos. Esto antes no pasaba. Cuando empezaron a venir los argentinos a comprar campo -por los años 2002 y 2003-, para nosotros era normal entrar a fines de enero a trabajar y tener 30 mil piques pedidos.

Por aquella época me fundí como mucha gente. En ese momento realizamos un trabajo para un señor que tenía una estancia que la terminó vendiendo. Al tiempo vino el nuevo propietario, un argentino, a quien le vendí 30 mil piques, fue el cliente al que más le vendí en mi vida y fue quién me ayudó a salir de la crisis.

Por esos años las estancias venían mal, éstas se vendían y los alambrados estaban muy desmerecidos; solo la gente que venía con plata, alambró. 

¿Cómo distribuyen su producción actualmente?

Hay un porcentaje muy alto de piques, luego realizamos palos para mangas de tres metros por 260. Esto nos ha salvado esa parte, nos da la pauta de que está entrando ganado a Soriano nuevamente. Muchas mangas las están restaurando, haciéndolas nuevas. El monte da cantidad apta para mangas, así como para postes y piques. Hay que repartir, la tabla para manga necesita una muy buena madera entonces todo lo que sale del monte se hace tabla; hemos hecho partidas de 400 a 500 tablas y al poco tiempo no queda nada nuevamente. La madera que se utiliza es eucaliptus colorado.

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¿Hay pocos montes?

Sí, hoy en día están escaseando los montes, solo quedan algunos, por eso se van encareciendo. El crecimiento del monte colorado es muy lento y nosotros pretendemos comprar montes de 60 a 70 años donde hay buena madera, pero hay muy pocos. 

¿Cómo está el mercado del aserradero?

Dicho mercado desde el 2012 hasta la fecha vino en baja. Es lógico, por la soja sacaron el alambrado para agrandar los campos por las maquinarias, entonces el trabajo en el aserradero fue disminuyendo. 

Pero la soja ya no se trabaja como antes, las cosas cambiaron, los costos de producción son muy elevados, las rentas que se pagaban ya no se pueden pagar y a su vez, como dicen algunos chacreros, los campos se saturaron. La idea es que se achique y se vuelva a alambrar, “empraderar”, traer ganado. ¿Por dónde ve la reactivación de su actividad?La esperanza que tengo yo es que se vuelva al ganado. Este año hay buenas cosechas de trigo y soja, pero el año pasado hubo grandes problemas con la soja. 

Me han comentado incluso algunos clientes que se van a agilizar los créditos para ganado y ahí por ejemplo va a influir el tema de nosotros. Como le digo a mi hijo siempre, en estos momentos de crisis, mantenerse en pie es un triunfo. Cuando venga la época de alambrar, nosotros estamos en condiciones de ir a entregar materiales.¿Cuáles fueron sus primeros camiones?El primer camión que tuve fue un COMMER, después cuando me vine para Egaña compré el BEDFORD, ya hace 31 años que está en mi poder. Ese camión lo cargamos aproximadamente 20 años a mano, por arriba de dos elevas, dos personas empujando de abajo y otro cinchando con una cuerda por el medio. Así trabajamos toda una vida, no había recursos ni herramientas.

¿Qué nos puede decir sobre el International que tiene?

Es un modelo 48, ese camión llegó acá hace 18 años aproximadamente. Estaba guardado en una estancia aún marchando ya que lo habían cambiado por un Ford 1311 y quedó archivado. El dueño era muy aferrado a las herramientas, él lo había comprado 0 km, entonces lo guardó. 

Estuvo aproximadamente 20 años parado arriba de tacos. Cuando falleció, el camión estaba estorbando entonces lo pude comprar. Se le prepararon las cubiertas y se trajo a remolque con otro camión. Se le puso un motor P6 Cadenero y ahí empezó a funcionar. Este motor funciona impecable, luego en otra ocasión conseguí otro motor Perking P6 que estaba muy bien (el que tiene ahora).

El camión en un principio estaba con una caja de madera chata, ya que sacaba vigas del monte, luego empezaron a cambiar las cosas y resultó chico.  En realidad es como una reliquia, adentro del barro como ese camión, no hay. Como pasa hoy en día, nos van apurando, cada vez hay que rendir más y como queríamos mejorar las herramientas y este camión era chico, empezamos a sacar la madera con el Bedford, se le hizo un eje de levantar y rendía un poco más. Hoy el International lleva los desperdicios del aserradero al basurero.

¿Qué nos puede decir sobre la historia del Bedford?

Con el Bedford llevé leña a Montevideo muchas veces, era de eje sencillo pero lo hice doble eje. También empezamos a hacer reparto por la zona a distintos clientes, íbamos a Río Negro, Colonia y a San Jacinto. Después empezamos a usarlo en el monte, sacábamos la madera con los grapos, el BEDFORD lo dejábamos en lo firme y los grapos acarreaban hasta ahí para completar el camión. Generalmente andaba con 30 mil kilos, llegaba a andar con 32 o 33 mil kilos cuando tenía la zorra. Hoy en día el Bedford está medio parado ya que es relativamente chico.