Diego Bentancur, Jefe de Proyecto de Movilidad Eléctrica de U.T.E.: “Los costos de la energía eléctrica están en los parámetros que todos habíamos estimado, mucho más bajos que el combustible”
Los vehículos eléctricos a batería ya se encuentran en la mayoría de los sectores del transporte, donde hay que hacer una clara separación entre la carga y pasajeros. En el primero de los rubros, la propia U.T.E. implementó vehículos utilitarios desde el año 2014, y en el sector de camiones livianos eléctricos, ha tenido un crecimiento importante durante este año.
En referencia al transporte de pasajeros, los taxis fueron los primeros en implementarlos y en el ómnibus, los operadores de Montevideo y una empresa de Canelones cuentan con este tipo de unidades, sumándose ahora una empresa privada para trasladar a los funcionarios a su planta (ver informe en página 58).
Dialogamos con Diego Bentancur, Jefe de proyecto de movilidad eléctrica de U.T.E., para conocer detalles y experiencias de una tecnología que llegó para quedarse y crecer.
¿Cuándo comenzó a implementarse la flota de vehículos eléctricos?
En el año 2013 comenzamos a probar un ómnibus y dos autos, lo primero que identificamos fue el transporte colectivo de pasajeros, pero no fue lo primero que se implementó.
En el año 2015, en una primera instancia resultaba más fácil comenzar con algunos vehículos en el servicio de taxi, quizás porque la Intendencia de Montevideo tenía algunos permisos disponibles y decidió hacer un llamado específico para taxis eléctricos.
De forma paralela, habíamos incorporado los vehículos eléctricos en la flota propia; en principio fueron 30 en el año 2014, y hoy tenemos 95 vehículos eléctricos en la flota de U.T.E.
La incorporación de flota propia de vehículos eléctricos es una forma de mostrar esa experiencia a los privados así como también evidenciar que podían tener furgones livianos en sus flotas.
La ley de promoción de inversiones, habilitó un instrumento para que las empresas incorporaran en una primera instancia los furgones livianos; hoy permite también vehículos de pasajeros y más recientemente, los de carga.
El sector del transporte requirió un cambio mayor que fue el subsidio creado por la rendición de cuentas, que básicamente cubre la diferencia entre un bus convencional y uno eléctrico.
¿Qué comentarios ha recibido por parte de los operadores sobre estos vehículos?
A las empresas, los buses eléctricos les permitieron cumplir con el servicio sin grandes cambios en la operación, eso era uno de los problemas que los transportistas expresaban antes de contar con estas unidades. La tecnología que se incorporó tiene una autonomía suficiente para cumplir con muchos de los servicios que ellos prestan. Una de las barreras a vencer era la adecuación de la infraestructura para la carga de esos vehículos, algo que también se logró.
Los costos de la energía eléctrica están en los parámetros que todos habíamos estimado, mucho más bajos que el combustible.
En este primer año de funcionamiento de estos ómnibus, no han surgido inconvenientes. Lo más destacado de todo esto es que los usuarios del transporte colectivo valoran mucho este tipo de servicios, el pasajero ve un servicio diferencial; estos vehículos son accesibles, confortables, cuentan con aire acondicionado, no hacen ruido, destacan también el valor del impacto medio ambiental ya que no contamina, realmente son muy valorados por el pasajero.
Llama la atención el crecimiento de los camiones livianos eléctricos, ¿a qué se debe?
Personalmente me sorprendió, la explicación del rápido crecimiento de este tipo de vehículos tiene que ver con toda la experiencia previa.
Lo que pasó con los ómnibus, taxis y furgones termina influyendo en esto; hay una cuestión acumulativa de conocimiento de diferentes actores que pueden desarrollar negocios más rápidos.
La decisión de varias empresas de comprar muchas unidades a la vez y no ir probando de a una, tiene que ver con empresas que toman las decisiones más rápido que otras, pero sin duda me sorprendió gratamente.
Hay un grupo interinstitucional que se formalizó en el año 2014 y se llama “Para la eficiencia energética del transporte”; es coordinado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, participan Ministerios de Transporte, Ambiente, Economía, OPP, congreso de intendentes, Intendencia de Montevideo, A.N.C.A.P y U.T.E.
Realizamos reuniones mensuales donde se llevan adelante todas las iniciativas vinculadas al transporte eléctrico, entre otros temas. Por este lugar se canalizó las iniciativas que buscaban el subsidio a la compra de los ómnibus y los proyectos de la inversión de la COMAP. También se trabajó con el Ministerio de Ambiente la disposición final de las baterías; hay un decreto que está redactado de pronta aprobación que establece las condiciones para la disposición final.
¿Cuál es el desafío de ahora en adelante?
Hoy estamos ante una experiencia positiva por parte de los usuarios, operadores y autoridades; el desafío es cómo escalamos, cómo aumentamos.
Por un lado, hay una mayor inversión que reduce costos variables; cómo afrontamos esa inversión y cómo los operadores logran hacer esa inversión, así como conseguir una línea de financiamiento, son cosas que hay que evaluar.
Yo creo que línea de financiamiento hay, toda la banca internacional está disponible para estos temas y el interés de los operadores está, lo que hay que lograr es acercar con instrumentos que nos permitan viabilizar y seguir para adelante.
Desde el punto de vista de los operadores, el desafío es vencer los problemas que ellos tengan en la interna para poder crecer.