“Uruguay tiene un papel a jugar” en el contexto energético mundial
Durante su participación en una conferencia organizada por Ancap y ARPEL, el ministro Omar Paganini afirmó que el Gobierno transita el camino de la segunda transición energética con la sostenibilidad ambiental y social “en el centro”. Resaltó las fortalezas que Uruguay tiene para convertirse en proveedor mundial de combustibles verdes, y aseguró que, por ello, se encamina hacia la desfosilización, es decir, la sustitución de combustibles fósiles por otros alternativos.
En el contexto actual, Uruguay puede ser “ejemplo mundial”, no solo por su política de “sostenibilidad ambiental, transparencia en su gobernanza y sostenibilidad social e inclusiva”, sino por ser capaz de generar “una economía vinculada a la energía verde”.
El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, expuso en el panel ministerial de la conferencia Desafíos de las Transiciones Energéticas, organizada por Ancap y la Asociación de Empresas de Petróleo, Gas y Energía Renovable de América Latina y el Caribe (ARPEL). El eje de su participación fueron los lineamientos de una transición energética responsable.
En el evento participaron otras autoridades nacionales, entre ellas la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche; el ministro de Ambiente, Robert Bouvier; y el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic. La actividad se desarrolló el 26 de abril en el hotel Hyatt Centric de Montevideo y fue declarado de interés por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y contó con el apoyo del World Energy Council.
El ministro Paganini dijo que esta conferencia “marca un hito”, ya que “refleja el acuerdo mundial cada vez mayor acerca de la necesidad de una transición energética”.
“Uruguay ha marcado un camino de sustentabilidad desde hace muchos años”, lo que le ha valido reconocimiento mundial, explicó a los asistentes el secretario de Estado. La primera transición energética permitió que la matriz tenga hoy 40% de orígenes fósiles, una cifra que es tan solo la mitad del promedio mundial.
Sin embargo, enfatizó el ministro, no alcanza con ello, y es por eso que el Gobierno actual ha “dado pasos para profundizar” la participación de las renovables en la matriz energética. Por ello, se creó la Estrategia climática a largo plazo, con la participación de diversos ministerios, incluyendo el MIEM.
Además, el país reafirmó sus objetivos para las emisiones de carbono a finales del año pasado. De hecho, “el país ha integrado la política ambiental a la política económica”, y por eso se comenzaron a emitir bonos indexados a indicadores de sostenibilidad y cambio climático.
“En suma, el Gobierno tiene una política económica y productiva donde la sostenibilidad ambiental está en el centro, y esto es, además, cada vez más reconocido a nivel mundial”, afirmó el ministro.
Eso se muestra, por ejemplo, en que Uruguay ocupa el lugar 14 a nivel mundial en cuanto el trilema energético, que evalúa la sostenibilidad, inclusión y seguridad energéticas. Paganini destacó la importancia de este logro.
“Todo este éxito del país” implica el enorme desafío de poder avanzar más, aclaró el jerarca. Por ello, el Gobierno desarrolla la segunda transición energética, que calificó como ambiciosa. Está basada en tres pilares: la inclusión de cada vez más movilidad eléctrica y sostenible; más eficiencia energética; y, finalmente, la incorporación de hidrógeno verde y combustibles verdes.
Por eso, el Gobierno diseñó una hoja de ruta que “muestra que el país” tiene potencial de desarrollo en este sentido. Las fortalezas con las que cuenta para sumarse al camino del hidrógeno verde —dijo Paganini— son la seguridad jurídica, la trayectoria en energías renovables, el potencial para expandirlas, el abundante acceso al CO2 biogénico (que no tiene origen fósil) y su ubicación sobre el Atlántico, ya que se prevé que los países europeos serán los más interesados en adquirir estos productos.
A esto se suman que en el actual contexto de tensiones geopolíticas, el mundo reclama más incorporación de energías renovables. “Es una oportunidad para los países del sur”, definió.
Uruguay utilizará el hidrógeno verde, de acuerdo a lo planificado, “sobre todo para el desarrollo de combustibles alternativos”, anunció el ministro. Por ello, dijo que es más correcto decir que el país avanza hacia la desfosilización, en lugar de utilizar el término descarbonización.
“Vamos a ir eliminando los combustibles fósiles a partir de este CO2 biogénico y también del hidrógeno verde”, aseveró.
Esto abrirá, a su vez, “la puerta para la reconversión de las industrias petrolera y petroquímica”, lo que acentúa la importancia del evento organizado por Ancap y ARPEL. Se trata de “la posibilidad de la reconversión”, sumada al camino hacia la sustentabilidad. Por ese motivo, informó, Ancap trabaja en varios proyectos, que incluyen también a ALUR. La empresa pública se está sumando a la segunda transición energética “con mucha decisión”, señaló.
Al mismo tiempo, UTE también se está “replanteando su posicionamiento como administrador del sistema de generación distribuida”, teniendo en cuenta un futuro en el que se desarrollarán proyectos de energía renovable de gran porte para poder sostener la producción de hidrógeno verde.
En el contexto actual, “Uruguay tiene un papel a jugar”. Esto incluye el ser un “ejemplo de sostenibilidad ambiental, transparencia en su gobernanza, sostenibilidad social e inclusiva” y, al mismo tiempo, tener la capacidad para ser “ejemplo [mundial] al generar una economía vinculada a la energía verde”, dijo Paganini.
El Gobierno transita ese camino, convencido de que se pueden hacer las cosas “de manera transparente” y “avanzada”, aprovechando las oportunidades que se presentan, resumió el ministro.
“Nuestra visión es seguir avanzando en la dirección de un crecimiento y un desarrollo sostenible e inclusivo y, por supuesto, democrático y transparente”, afirmó Paganini. Se trata de “una visión de país” que el Gobierno quiere ejecutar y transmitir, afirmó el titular del MIEM.