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Nacionales

“Es bastante complicado ser madre cuando estás trabajando en el camión”


12.12.2014
“Es bastante complicado ser madre cuando estás trabajando en el camión”

Nos subimos arriba de un Mercedes Benz 1318 como acompañantes, la cabina está impecablemente prolija y los varios perfumadores nos invaden con sus fragancias rápidamente, al frente del volante está Rossana Moreno, quien anda en este camión desde hace 2 años y medio aunque ya ha manejado otros.

Radicada actualmente en la ciudad de Dolores, llegó a la misma porque su compañero de la vida venía con su camión desde José Pedro Varela en cada zafra, hasta que encontraron una oportunidad laboral estable y hace 4 años se establecieron con sus hijos definitivamente. “No fue fácil venir al comienzo, se extraña mucho, tengo toda mi familia en Varela, pero uno se acostumbra, en vacaciones siempre vamos para allá”, nos cuenta. 

Rosana comenzó a hacer experiencia en los camiones unos 12 años atrás, primero en un camión de 4000 kilos, un Mitsubishi Canter que tenía su pareja. De a poco esa primera experiencia de manejo se fue convirtiendo en su trabajo ya que habían incorporado un camión más grande y esa unidad quedó en manos de ella. Haciendo fletes comenzó a recorrer varias partes del país llevando ganado, leña, semillas, entre otras cargas.

Un veterano camión Mack reformado por su familia fue el primer camión grande que condujo -con 16.000 kilos- y con el que comenzó a cargar arroz hace unos 6 años, incluso llegó a andar 2 meses trabajando en Nueva Palmira con una zorra con la que iba hasta Durazno. 

Si bien la profesión comenzó como una necesidad, la fue atrapando desde sus inicios y hoy -nos confiesa- no se imagina haciendo otra cosa aunque conllevar la profesión con ser madre no es fácil. “Es bastante complicado ser madre cuando estás trabajando en el camión, llevarlas a la escuela y al liceo, pero entre todos nos arreglamos”, nos explicó.

Su pasión no la distrae del cuidado de sus hijas y prefiere que estudien, las apoya yendo a las reuniones de madres en donde su actividad no pasa desapercibida. “Al principio, cuando no me conocían, en las reuniones de madres todas colaboran, y una vez necesitaban llevar cosas en un camión y yo les dije que ponía el mío y todas me quedaron mirando”.

Continuando la charla con Rossana nos cuenta que en su casa se le hace prácticamente todo al camión, junto a su compañero le hacen la mecánica, ella lo lava, lo engrasa y como si fuera poco hasta le pinta las barandas cuando la cosa está tranquila. Como nos explica, para muchos trabajos su camión es chico en los tiempos que corren “en tiempos de zafra hago tres o cuatro viajes, pero después se queda tranquilo”, y es por eso que piensa en cambiar el camión por uno más nuevo y con volcadora para seguir competitiva en el sector. 

Los viajes que realiza ella como mucho están a 100 kilómetros de su casa, los más largos, los de varios días fuera de casa, quedan para su compañero que tiene un camión más grande, y esa es la ventaja que le permite estar siempre al tanto de su hogar y su familia. TC