Un viaje entre amigos y familia: Nos fuimos a Laureles y Campo de Todos
Desde la ciudad de Salto la empresa de ómnibus Lagreca, realiza varios servicios rurales hacia la extensa campaña del departamento. El servicio hacia los poblados de Laureles y Campo de Todos no es el más extenso, ni el que tiene los caminos más dificultosos. El viaje es muy pintoresco y, como sucede siempre en campaña, descubrimos varias historias interesantes.
Es una calurosa tarde de enero; una de las unidades de la empresa Lagreca se encuentra en la terminal de la ciudad de Salto, está a punto de partir. Las encomiendas y los usuarios van subiendo al ómnibus.
Con casi 30 años de antigüedad, el Mercedes Benz Marcopolo Allegro luce en impecables condiciones; aprovechando que tiene puerta trasera, algunos pasajeros suben sus mercaderías por ese lugar; el fondo de la unidad es el lugar ideal para acomodar los bultos.
Alberto Sarti, conductor, cobra los pasajes antes de partir; si bien no tiene guarda el servicio, Alberto va acompañado de su hijo, Felipe, que ayuda a su padre y a los pasajeros.
Nos esperan algo más de 50 kilómetros de viaje que vamos a recorrer en algo más de hora y media. Partimos puntualmente a las cinco de la tarde, abandonamos la terminal y durante el recorrido por la ciudad, van subiendo pasajeros. Felipe ayuda a subir sus pertenencias y encomiendas.
A los pocos minutos de viaje dejamos Salto y recorremos la ruta 31, luego nos internarnos en la ruta Jones donde termina el asfalto y empieza el verdadero camino de campaña.
Como contrapartida de los malos caminos, el paisaje es muy pintoresco. El primer poblado es pueblo Laureles, donde bajan pasajeros; en ese lugar el ómnibus recorre las calles del poblado para que desciendan los pasajeros y también va por los comercios para bajar los pedidos.
En este poblado viven menos de 200 personas y el ómnibus de Lagreca cumple un importante rol; además del traslado de sus vecinos, trae y lleva mercaderías a Salto y otros poblados.
Abandonamos la ruta Jones y nos internamos por unos caminos bastante angostos que nos llevan a nuestro destino.
Al ingresar a Campo de Todos, el joven Felipe baja una bolsa de pan en un almacén, mientras tanto algunos pasajeros van bajando con sus mercaderías y varios pobladores salen al cruce del ómnibus para recibir sus pedidos.
En el destino del ómnibus, los vecinos esperan a sus familiares; Felipe y otros pasajeros bajan las encomiendas y Alberto prepara y revisa la unidad para salir nuevamente a Salto.
La información sobre los orígenes de esta localidad menciona a los pobladores de la localidad de Vera que llegaron a esa zona, tras la noticia de que un campo había sido abandonado por su dueña.
Actualmente, en ese poblado no hay Mevir y sus pobladores no tienen los títulos de sus propiedades; esta particular situación sigue sin resolverse con el transcurso del tiempo.
El regreso del ómnibus de Lagreca a Salto se hace con muy pocos pasajeros. Los días lunes y viernes la empresa une estas localidades con la capital salteña, siendo uno de los servicios rurales que la empresa brinda en esa parte del país.
PROTAGONISTAS
Felipe Sarti
El compañero
Como nuestro viaje es realizado en enero, Felipe se encuentra de vacaciones, por lo que puede acompañar a su padre. Siempre que puede, hace el viaje, eso no interfiere en sus estudios ya que nos cuenta que pasó con 9 a primero de liceo.
“Hago los deberes y después vengo al viaje, lo ayudo en lo que se pueda, cobrar algún boleto, subo y bajo las encomiendas, si se necesita también ayudo a algún pasajero con los bolsos”, cuenta Felipe.
Zully Birriel
Orgullosa
Sentada en la última fila de asientos del ómnibus, Zully lleva una caja que cuida con mucho cuidado para que no reciba golpes en los tramos más complicados del camino.
Según nos cuenta, vive en la zona de Campo de Todos y viaja a la ciudad de Salto para acompañar a su madre que está recibiendo un tratamiento médico.
Zully viaja los días del servicio, lunes y viernes, ya que es el único medio de transporte con el que cuenta.
En la caja que cuida celosamente, lleva algo muy importante: “una impresora para mi hija que hace pocos días se recibió de maestra y la va a necesitar”.
Otro de los detalles que la usuaria destaca, fue la amabilidad del personal, “uno llama a la agencia y te atienden muy bien, eso está muy bueno”, expresa.
Mario Frola
La panadería de Laureles
La primera parada del ómnibus de Lagreca en el pueblo de Laureles, es la panadería del lugar; ahí está Mario atendiendo a los clientes.
Consultado sobre la elaboración de los productos de la panadería, nos comenta que “viene desde Salto un panadero para elaborar los productos; es un costo importante pero los clientes compran por tener mercadería fresca”.
En el exhibidor de la panadería tiene variada mercadería, algunos pasajeros del ómnibus compran la clásica galleta de campaña y esperan el ómnibus a la sombra mientras éste recorre el pueblo.
Pamela Barboza
Almacén El hornero
El segundo comercio de Laureles donde se detiene la unidad de Lagreca, es un típico comercio de campaña, el almacén “El hornero”. En ese lugar hay una mesa de casino, las botas exhibidas para su venta no pueden faltar y amplia variedad de comestibles. Tras el mostrador, atiende Pamela Barboza que está desde hace un año en el comercio. “Este almacén tiene más de 20 años, antiguamente lo tenía mi suegro”, cuenta.
Mónica Barboza
Comerciante del Uruguay profundo
Como sucede en tantas localidades del interior profundo, los corredores con mercadería ya no pasan y eso dificulta la actividad de los comerciantes. En el comercio de Mónica, ubicado al ingreso de Campo de Todos, mantenemos una breve charla.
“Hace 30 años que tengo almacén, para comprar mercadería hay que ir hasta Salto que está a unos 50 kilómetros de acá; ahora ya no vienen los corredores, antes había nueve almacenes”, cuenta.
Sobre las posibilidades de estudios de los jóvenes de la localidad, agrega: “a las 5 de la mañana viene un ómnibus que lleva a los chiquilines hasta el liceo de San Antonio; regresan a las 2 de la tarde”.
