CAF presentó su Reporte de Economía y Desarrollo en Uruguay y propuso acciones para combatir el cambio climático
La organización financiera se comprometió a aumentar el financiamiento verde al 40% de sus aprobaciones para 2026. Con el propósito de analizar los desafíos y oportunidades que el cambio climático y la conservación de la biodiversidad implican para la región, CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- presentó el Reporte de Economía y Desarrollo (RED) “Desafíos globales, soluciones regionales: América Latina y el Caribe frente a la crisis climática y de biodiversidad”.
En 2021, CAF se comprometió con sus accionistas a transformarse en el banco verde y del crecimiento sostenible e inclusivo de la región, incrementando el financiamiento verde de 24% en 2020 a 40% en 2026
Miguel Ostos
“En 2021, CAF se comprometió con sus accionistas a transformarse en el banco verde y del crecimiento sostenible e inclusivo de la región, incrementando el financiamiento verde de 24% en 2020 a 40% en 2026, al tiempo que alinea sus operaciones con los objetivos del Acuerdo de París. Asimismo, CAF se propuso ser una de las instituciones más activas de la región en la movilización de recursos de los principales fondos verdes y aliados internacionales”, expresó Miguel Ostos, representante de CAF en Uruguay.
Uruguay es una nación altamente vulnerable al cambio y a la variabilidad climática, por lo que la adaptación es la prioridad climática para el país
Robert Bouvier
En tanto, el ministro de Ambiente, Robert Bouvier, manifestó que Uruguay es “una nación altamente vulnerable al cambio y a la variabilidad climática”, por lo que “la adaptación es la prioridad climática” para el país. “Para enfrentar esta vulnerabilidad estamos realizando esfuerzos y buscando recursos para implementar nuestros planes de adaptación ya formulados, enfocados en la producción agropecuaria, en la adaptación de nuestras costas y ciudades, y en el sector energético”, agregó.
A través de esta publicación, la organización busca contribuir a la discusión sobre las mejores alternativas de política pública para promover economías productivas con bajas emisiones de carbono, mayor inclusión social y un uso sustentable de los recursos naturales.
El reporte hace énfasis en tres mensajes que responden a estos desafíos globales. Estos son la importancia de la adaptación, la necesidad de contribuir a la mitigación global y la urgencia de preservar el capital natural para el desarrollo sostenible.
Las políticas para enfrentar estos desafíos son distintas en cada zona, según los riesgos y la diversidad de recursos. Por este motivo, cada país debe hallar sus políticas más adecuadas teniendo en cuentan sus costos y beneficios, así como la viabilidad política de estas acciones y los impactos sobre la equidad y el crecimiento.
En el caso de Uruguay, debido a su geografía y condiciones socioeconómicas, el país está expuesto y es vulnerable a los efectos del cambio climático, con eventos extremos cada vez más frecuentes, como inundaciones, sequías y olas de calor, que tienen consecuencias adversas para la salud de la población y la productividad de la actividad económica.
El informe explica que las políticas de adaptación ante el cambio climático pueden tener sinergias positivas con la inclusión social y el crecimiento económico, pues permiten evitar pérdidas y tienen beneficios económicos debido a la reducción de los riesgos y a la innovación tecnológica.
Para atender las necesidades de adaptación se destacan cinco grupos de políticas: prácticas de agricultura sostenible, soluciones basadas en la naturaleza, inversiones en infraestructura de adaptación, políticas para el manejo de riesgo de desastres y medidas regulatorias.
Sobre este punto Uruguay ya lleva un camino recorrido, puesto que es uno de los trece países de la región que actualizó su Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático. En línea con este documento, se elaboraron planes sectoriales específicos, como el Plan Nacional de Adaptación (PNA) para el sector Agropecuario, el PNA en Ciudades y el PNA en zonas costeras.
Por otro lado, la matriz eléctrica de Uruguay es una de las más limpias de la región. El 88% de la generación eléctrica se realiza a partir de energía hidráulica, eólica, solar y otras fuentes de energía renovable.
El informe también resalta que la riqueza de ecosistemas y biodiversidad con la que cuenta Uruguay, al igual que en el resto de los países de la región, está en riesgo. La preservación de este capital natural es clave por su importancia para la respuesta al cambio climático y para el propio proceso de desarrollo económico del país. En este sentido, se destaca el compromiso de Uruguay de mantener hacia 2030 la superficie de bosque nativo del año 2012, conservar el 50% de la superficie de turberas del año 2020 e incrementar el carbono orgánico del suelo en pastizales, turberas y tierras de cultivo.
Luego de la presentación de las principales conclusiones del estudio se conversó sobre los avances de Uruguay y los desafíos que aún persisten. El panel estuvo conformado por Herman Kamil, director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF; Fernando Barcia, Gerente General de la empresa de transporte CUTCSA; Marcelo Caffera, economista e investigador y fue moderado por Nicole Perelmuter, Economista Senior de CAF.
Teniendo en cuenta que las necesidades de financiamiento para cumplir con las metas de desarrollo, climáticas y de preservación de la biodiversidad son elevadas, CAF se comprometió a aumentar el financiamiento verde al 40% de sus aprobaciones para 2026 y a ser una de las instituciones más activas de la región en la movilización de recursos de los principales fondos verdes y aliados internacionales.