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JUAN DE LEÓN: “Trabajé como camionero pero nunca me dejaron poner la empresa a mi nombre”


08.06.2016
JUAN DE LEÓN: “Trabajé como camionero pero nunca me dejaron  poner la empresa a mi nombre”

Juan De León esta actualizado sobre la realidad del transportista, desde los temas gremiales hasta lo que sucede en cada cosecha. Está en contacto con integrantes del sector de todo el país y muy comprometido con el sector, buscando una mejor situación, sobre todo para los pequeños transportistas. Lo llamativo de Juan es que su camión no trabaja y el ya no se sube a él para ejercer su profesión.

Desde muy joven estuvo vinculado al sector metalúrgico, aprendió mecánica con un veterano de la recordada ONDA y se empleó como mecánico hasta que abrió su propio taller de camiones en la zona rural de Montevideo.     

La frase “con esto se nace” se aplica a la perfección a Juan, cuya vinculación al transporte se inició con un veterano camión al que debió reformar. “Con el tiempo me di cuenta que a mí no es solo que me gusta el camión, me gusta la vida del camionero, yo tengo el cajón donde cocinaba, hablo con colegas, me interesan los temas de actualidad del sector”, aclara como para autoafirmar su pasión por el sector.   

Al mismo tiempo que comienza su incursión en el transporte, fue generando una conciencia colectiva que le permitió preocuparse por los temas gremiales.           

El primer camión que tuvo fue un Ford 51 de 8 cilindros que dio paso a un Mack que era tractor doble eje, y al que le adaptó una volcadora en la década del noventa. La juventud y las ganas de trabajar en lo que más le gustaba lo llevaron a realizar varios trabajos con ese vehículo. 

Luego cambió ese camión por un Ford, al que le hizo la mecánica y le adaptó la volcadora pero cuando lo terminó la reglamentación del transporte profesional lo dejó afuera de la actividad ya que el vehículo era transporte propio.      

Lejos de desalentarse, lo vendió para adquirir un DODGE furgón con el que hacía un reparto de leche, pero otra vez se topó con la reglamentación ya que quiso adaptarlo a volcadora pero tampoco se le permitió reformarlo. 

Luego, nuevamente fue a la búsqueda -con un socio- de otro camión de la misma marca para poder trabajar como transporte profesional.

La baja en el precio del flete y la ley de los 12 años de antigüedad de las unidades fueron algunos de los tantos factores que lo llevaron a tener que bajarse del camión y continuar con su taller. “Recorrí gremiales y hablé con transportistas por el tema de la antigüedad de los camiones porque el transportista siempre empezaba con un camión viejo e iba subiendo, pero no hay que olvidarse que la ley de los 12 años fue un invento de los transportistas, respaldados por los camioneros”, explicó, asegurando, “he estado en reuniones donde decidimos una tarifa y salen de esa reunión y tus propios compañeros bajan esa tarifa, no nos ponemos de acuerdo porque no hay compañerismo y eso antes no pasaba”, sentencio Juan.  

“Trabajé en el ramo del cuero y si me llamaban para pedirme presupuesto, hablaba primero con el camionero que estaba haciendo ese trabajo para saber si lo estaba por dejar o para ponernos de acuerdo; ahora eso ya no se respeta,” señaló con tristeza. 

Su situación personal, esos impedimentos que no le permitían ejercer como transportista profesional, lo llevaron a recorrer el MTOP y varias gremiales, y fue allí donde se fue encontrando con varias personas que estaba en su misma situación. “Había gente que le compraba el camión más viejo a su expatrón para independizarse y tenían que seguir trabajando con el mismo a nombre del patrón, sin papeles y sin aportes. Con varios de ellos logramos hacer reuniones y formar Camioneros Independientes”, nos contó. “No poder empezar con un camión de más de 12 años en la actividad o no poder reformar un camión con más de 15, al que más perjudica es al pequeño transportista, y si bien hay que tener un filtro en el transporte, sobre todo con la gente que vino al rubro y no son transportistas, ellos la tienen más fácil que uno que es chico”.                

Luego de comenzar, caerse y volver a empezar muchas veces, y luchar por la profesión que es su pasión desde hace más de 20 años, De León sentencia: “Ahora estoy intentado vender mi camión y hacer una síntesis en la actividad porque si bien el transporte es lo mío, esta pasión me llevó a fundirme con el camión y me desfinanció en el taller que es lo que me hace salir adelante”.