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Paladino: Un sinfín de historias y experiencias

Historias sobre rudas

27.06.2014
Paladino: Un sinfín de historias y experiencias

Con una larga tradición en el transporte, Paladino nos asombra a cada momento con sus narraciones, por ejemplo cuando nos cuenta cuando hacía el transporte de la famosa agua tónica Paso de los Toros en la ciudad que dio nombre a la bebida. 

Mientras charlamos con él vemos su taller, donde los clientes le confían desde la reparación de un Bedford del 62 hasta un Volkswagen electrónico casi nuevo, es que Paladino en la ciudad es muy conocido. Hoy se lo puede encontrar en su taller, como siempre vinculado a los fierros, conservando su camión y su ómnibus y hasta un auto en el que corrió varias competencias.  

Paladino repara cualquier cosa que tenga motor, y para nuestro deleite conserva uno de los camiones que fue parte importante de su vida. Al encenderlo nos damos cuenta por el ruido de que se trata de un vehículo poco común, un Dennis con motor original que está adaptado a una grúa pero que fue tractor y transportó todo tipo de cargas por el país. 

Es la primera vez que escuchamos ese motor ya que en nuestras recorridas hemos visto alguno de estos camiones pero ya con su mecánica cambiada; toda una experiencia y más cuando vemos que conserva la carta de empadronamiento que data del año 1952.

Si bien hizo de todo y heredó la profesión de su padre, los comienzos en el transporte están vinculados al ganado para luego diversificarse y llegar a tener 8 camiones en su flota.         

Con un Chevrolet en el año 1949 comenzó a transitar las rutas aún siendo menor de edad como era común en esos años (15 años). Por aquella época fue acompañante de viaje y de vez en cuando tomaba el volante. 

Varias cargas y muchas marcas de camiones pasaron por el transportista, inclusive la famosa agua tónica creada por Rómulo Mangini fue transportada a varias partes del territorio nacional por los camiones de Paladino, en una relación comercial que duró varios años. Es más, el crecimiento y la popularidad de esa bebida tónica impulsaron la empresa de transporte que a su vez mantenía otros rubros. 

El Dennis Max 6 de Paladino

Esta marca de camiones ingleses era importada en nuestro país por la firma Máquinas y Materiales Ltda., con sus oficinas en la calle 18 de julio 2009 y sus talleres en la calle Thompson 3182. 

Es así que el día 9 de agosto de 1952 se empadrona en la junta de Paso de los Toros un modelo Max 6 a nombre de Vicente Paladino. 

Si bien vinieron otros camiones más, ése -que al día de hoy es propiedad del hijo de quien lo empadronara- funciona con su motor original y es el único que conoceremos de ese modo gracias a la pericia y experiencia de Paladino. Ese Dennis viajaba 2 veces al día a la capital en los tiempos de esplendor de la famosa agua tónica, pero también transportó lana y ganado, entre otras cargas. 

Ya con unos años arriba sería transformado en grúa para facilitar la carga de bolsas de granos, llegando a cargar 3 remolques de 100 bolsas cada uno. 

Al tiempo, el dueño de una empresa de ómnibus lo llama para remolcar un ómnibus Magiruz nuevo que se había salido de la ruta, perdiendo así el tren delantero. Ahí nació la grúa para remolcar vehículos, la que por esos años era la única que había en la zona.

Paladino y el ómnibus

Como si hubiera hecho pocas cosas también se dedicó por hobby a correr carreras, además de que en el año 1972 inició su actividad en el transporte de pasajeros con un viejo Aclo que había sido de Cutcsa con el cual realizaba la línea de “correo” entre Paso de los Toros y Young que pasaba por Sarandí de Navarro. 

Para ese servicio contaba con dos unidades, a la que luego agregaría una tercera pero para realizar el servicio urbano en la ciudad de Paso de los Toros.

La línea rural por esos años era muy rentable, incluso había días en los que viajaba gente parada. Pero como sucedía en ese tipo de servicios por aquellos tiempos, se trataba de líneas muy sacrificadas, las que en varias ocasiones solo podían culminarse gracias a la colaboración de los vecinos, como el ejemplo de la estancia La Campanilla que los días de lluvia ya preparaba los tractores a la espera del ómnibus para poderlo remolcar y así poder sortear un tramo de barro complicado en el camino. 

Si bien Paladino seguía vinculado a los camiones junto a un primo suyo, mantenía una sociedad para poder realizar ambas tareas. Fue así que más adelante ampliaría horizontes para experimentar en el turismo, viajando por todo el país hasta que en el año 1978 tuvo un grave accidente. Este mojón que para muchas personas marcaría el fin de su etapa laboral, a Paladino no lo detuvo ya que continuó con su taller e incluso manejando en la zona de su ciudad.

 

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