UN VIAJE DESCONOCIDO: En busca de ese puente tan largo que casi nadie vio, "Viaje al kilómetro 329"
La empresa Turismar tiene más de 40 años de actividad; además de brindar servicios de transporte de pasajeros que parten de la capital, cuenta con varios servicios que no llegan a Montevideo. La empresa Turismar tiene más de 40 años de actividad; además de brindar servicios de transporte de pasajeros que parten de la capital, cuenta con varios servicios que no llegan a Montevideo. Uno de los menos conocidos -de ahí nuestro interés- se desarrolla en el departamento de Durazno. Dos veces por semana, si el tiempo lo permite, llega hasta el puente más largo del territorio nacional, conocido como el puente del “329”.
Si bien no fuimos los únicos que llegamos en el ómnibus que venía de Montevideo y hacíamos combinación con el servicio al km 329, la mayoría de los pasajeros subieron en Sarandí del Yí.Si bien no fuimos los únicos que llegamos en el ómnibus que venía de Montevideo y hacíamos combinación con el servicio al km 329, la mayoría de los pasajeros subieron en Sarandí del Yí.
Esa ciudad es nuestro punto de partida, la empresa tiene dos ómnibus para cumplir este servicio; uno está como apoyo en caso que se necesite hacer algún mantenimiento; ambas unidades son de motor delantero.
El ómnibus que nos trasladó es el interno 895 de la empresa y tiene su historia en la zona ya que en la década del 90’ cuando llegó 0 km a la empresa, realizaba el servicio Montevideo - Vichadero por ruta 6, o sea, fue la única línea en atravesar el puente del km 329.
Ese recorrido tuvo que ser desafectado ya que la ruta 6 era intransitable, destrozaba las unidades y los pasajeros optaban por otras líneas debido a lo tedioso que era viajar en esos duros caminos.
Volviendo a nuestro recorrido, ya con las bodegas con varios bolsos y algunas encomiendas y pasajeros arriba del ómnibus, partimos de la agencia Sarandí del Yí. Saliendo de la ciudad, algunos pasajeros van subiendo y todos saludan al conductor.
Un dato no menor es que tanto a la ida como al regreso, el servicio a la capital combina con el servicio rural, permitiendo a los pobladores de localidades como Blanquillo, La Paloma o Cuchilla de Ramírez, entre otros, viajar a Montevideo y viceversa.
Saliendo por la Ruta 6 ya comenzamos a dialogar con algunos pasajeros y al ver que tenemos la cámara fotográfica nos indican que tomemos una del Cuartel, es que el Cuartel Paso del Rey, distante a unos 5 kilómetros de la ciudad, fue declarado monumento histórico.Seguimos transitando la ruta 6 que desde la última vez que pasamos por ahí ha mejorado, aunque el bitumen tiene unos pozos interesantes, de hecho camiones forestales a lo lejos se ven zigzaguear evitando los mismos.
Pasadas las 11 de la mañana, llegamos a Puntas de Malbajar; en la zona donde se cruzan las rutas 6, 43 y 19 está el comercio “Don Santiago” al que todos conocen como “Casa Saint”, que fue un comercio referente e histórico que data de 1871.
Actualmente, tiene una estación de combustibles ANCAP que incluye el servicio de cargador eléctrico para los vehículos que cuentan con esta tecnología. Un mini supermercado y comidas componen el servicio del pintoresco comercio; allí dialogamos brevemente con Carlos Echenique, propietario del comercio, con quien quedamos de hacer una visita más extensa para conocer su visión como pequeño transportista al contar con un camión.
Luego de la breve parada tomamos la ruta 43 rumbo a Blanquillo; hay que hablar fuerte dentro del ómnibus ya que los caminos pasan factura a la carrocería y la tierra comienza a entrar al ómnibus, sin embrago nadie se queja.
Algunas curvas pronunciadas meten miedo, pero la pericia del conductor hace ver todo más fácil; llevamos más de una hora de viaje y pudimos apreciar máquinas y camiones reparando la ruta y bituminizando algunos tramos.
Antes del mediodía, llegando a Blanquillo, comienzan a descender algunos pasajeros hasta llegar a la agencia de Turismar que está en una panadería donde algunos de los pasajeros bajan a hacer compras. Las bodegas del ómnibus comienzan a ser cargadas con bolsas de galletas de campaña que esperan algunos comercios.
Nos queda poco más de 30 minutos para llegar a la localidad de La Paloma, pero antes varios vecinos van esperando sus pedidos al costado de la ruta. Algunas pesadas cajas, galletas de pan y en el almacén de la zona de San José de Caña también esperan el ómnibus para recibir mercadería.
Llegamos a la agencia de La Paloma y desde las bodegas bajan la mayoría de los pasajeros y mercadería, suben otros tres pasajeros y partimos por un camino para encontrarnos nuevamente con la Ruta 6, que a esa altura es un camino difícil de transitar.
La tarea para cruzarse con otro vehículo de gran porte no resulta fácil en algunos tramos, nuestro conductor conoce los pozos y las curvas, nos cuenta donde se ha quedado sin tracción debido al barro en los días de lluvia.
A los pocos kilómetros un cartel señala el kilómetro 329 hacia la izquierda, tomando ese trazado estamos dejando nuevamente la Ruta 6, que pasa desapercibida como tal, ya que parece un camino más de los que hay en la zona.
Pasamos por la entrada al camino que lleva al poblado de La Alegría y a los pocos kilómetros llegamos a Cuchilla de Ramírez, y en el comercio de Perico Mor, atendido por Raquel Antonio, se encuentra la agencia de Turismar en la zona.
En el comercio algunos parroquianos charlan y otros reciben las visitas que llegaron en el ómnibus, y las últimas bolsas de galletas de campaña quedan en el comercio. Con apenas tres pasajeros seguimos poco más de 10 kilómetros no sin antes admirar la estación de trenes del kilómetro 319 que fuera muy importante para los embarques. Luego, circulamos lateralmente a la vía férrea y pasamos por la modesta estación del kilómetro 329 que da nombre al famoso puente que casi nadie conoce.
Dos kilómetros más adelante, llegamos a la cabecera del puente y el destino. Son las 13:30 y el ómnibus de Turismar tiene que volver a Sarandí del Yí, pero nos tomamos unos minutos para admirar la obra y el imponente Río Negro con sus claras arenas. Nadie pasa, los arbustos invaden el acceso y como tantos que han estado por ahí, quedamos impresionados por los hermosos paisajes que hay alrededor de ese coloso de cemento que casi no se utiliza.
El conductor
Alejandro Lamadrid vive en la localidad de La Paloma, Durazno. Desde hace algún tiempo está fijo en el servicio de la zona, pero supo hacer prácticamente todos los servicios de Turismar en sus siete años como empleado de la empresa. La zona de Durazno que brinda servicio la empresa la conoce muy bien, ya que antes la recorría a través de un reparto; desde siempre está en la zona. Conoce a los pasajeros, ayuda con las encomiendas y los bolsos, y a diferencia del apuro que existe en la capital, acá nadie corre, el tiempo para el saludo y la charla están primero. “Cumplir con el servicio los días de lluvia no es fácil. Se complica, el ómnibus patina, no hay adherencia, patina y te lo lleva a la banquina”, explica.
Dependiendo del día, su primer servicio puede comenzar a las 3:30 o a las 5:30, con caminos complicados pero que Alejandro no cambia. “Anduve en los servicios de Montevideo y la verdad que prefiero este recorrido, es otro el trato con la gente”, indica. Las encomiendas son una parte importante del servicio, “hay comercios que esperan la encomienda. También me ha pasado que gente me ha dado el recibo para pagar en la ciudad porque no puede venir y yo se lo hago”, cuenta.