Viajamos de Buenos Aires hasta Rivera
La empresa Nossar cuenta con varios tipos de servicios de pasajeros; desde turismo, urbanos, departamentales, interdepartamentales, rurales, hasta internacionales.La empresa Nossar cuenta con varios tipos de servicios de pasajeros; desde turismo, urbanos, departamentales, interdepartamentales, rurales, hasta internacionales. Recientemente, fuimos invitados a viajar en el servicio internacional de pasajeros entre Uruguay y Argentina, donde además de conocer el viaje, compartimos con el personal del ómnibus un fin de semana para estar al tanto de su trabajo.
En la segunda mitad de los años 80’ la empresa ya solicitaba la línea Rivera - Buenos Aires, un servicio que recién en el año 2013 fue adjudicado.
Las opciones para ir a Buenos Aires desde Uruguay son varias, pero la mayoría parten desde la capital o desde Colonia por lo que esta línea pasaba a ofrecer una conexión diferente.
El punto de inicio de esta línea es Rivera; al ser ciudad fronteriza con Brasil, ofrece la opción de viajar a la capital argentina, a uruguayos y también a brasileros de ciudades cercanas.
La línea pasa luego por Tacuarembó, Paso de los Toros, donde aún hoy viajan extranjeros que trabajan en la planta de UPM, ubicada en Centenario.
El servicio sigue por Durazno, donde hay diversas conexiones con otras localidades de ese departamento, llevadas adelante por la misma empresa. Luego la línea ingresa a la ciudad de Trinidad, y finalmente a Cardona para luego ingresar al vecino país, Argentina.
Actualmente, la línea sale de Rivera los días lunes, miércoles y viernes a las 19 horas, y desde Buenos Aires, los días martes, jueves y domingos a las 20 horas. Estos servicios son cubiertos por unidades doble piso Marcopolo Paradiso G7.
El tiempo de viaje puede variar por varios factores, como el clima o la espera en la frontera, cuyo tiempo depende de la cantidad de vehículos que estén en ese momento. Sin embrago, es válido recordar, que los ómnibus de línea tienen prioridad en el cruce de frontera.
Mi experiencia en el viaje
El viaje que registré de punta a punta fue el de un día domingo con salida desde la terminal de Retiro a las 20 horas. Mi salida fue desde el predio donde el ómnibus queda guardado y es acondicionado.
A las 18 horas, con el personal del ómnibus ya estábamos en el ómnibus, y luego de supervisar toda la unidad y llenar las heladeras de refrescos y agua, partimos hacia la terminal donde el catering nos esperaba.
Luego de cargar los alimentos, el guarda del ómnibus se dirige a la agencia dentro de la terminal Retiro para ultimar detalles sobre los pasajes vendidos a última hora.
Una vez arribado al andén, el ómnibus de Nossar comienza a ser rodeado por los pasajeros; el guarda controla los documentos y los conductores acomodan el equipaje en la bodega; salimos con el ómnibus completo.
Puntalmente a las 20 horas partimos de la terminal Retiro y comenzamos la salida de Buenos Aires. A los pocos minutos, el guarda ofrece bebidas y luego la cena que constaba de una empanada de carne, un pastel de carne exquisito acompañado de pan, y un alfajor de postre. Después ofrece café y bebidas, mencionando que durante todo el viaje las heladeras estarán con bebidas disponibles para los pasajeros.
Mientras tanto, en la cabina, los conductores se ponen de acuerdo para el descanso de cada uno y seguimos rumbo a la frontera, cruzando previamente el imponente puente de Zárate.
Antes de la media noche habíamos atravesado Gualeguaychú y estábamos en la frontera, donde cada pasajero debe bajar con su equipaje.
El trámite es bastante rápido, demora algo más de 30 minutos, pero una pasajera tuvo inconvenientes con una mercadería y eso nos llevó tardar una hora más en la Aduana.
Al partir de ahí, la mayoría de los pasajeros se acomodan para dormir; no tenemos parada en Cardona. A las 2 y 30 de la madrugada pasamos por la ciudad de Trinidad, donde tampoco hay pasajeros que desciendan. Nuestra primera parada es en la ciudad de Durazno, donde bajan varios pasajeros y hay cambio de personal. Son las 3 de la madrugada, uno de los conductores y el guarda se bajan de la unidad; un joven guarda se suma al ómnibus y el conductor que venía durmiendo en la unidad, toma el volante desde ese punto.
A las 4 y 15 de la mañana estamos en la moderna terminal de Paso de los Toros donde bajan algunos pasajeros; seguimos por la ruta 5 rumbo a Tacuarembó, justo cuando irrumpe una lluvia de importantes dimensiones.
El conductor disminuye la velocidad, y seguimos camino para llegar a la capital de los pagos de Gardel, pasadas las 6 de la mañana.
Faltando 20 minutos para las 8 de la mañana, arribamos a nuestro destino con lluvia. La terminal de Rivera ya tiene cierto movimiento y el personal de Nossar se dirige a descansar luego de un largo viaje.
Nuestra experiencia fue muy positiva, con personal profesional y un gran servicio a bordo. Realmente muy recomendable.
La diferencia: el personal
En el transporte de pasajeros, sin duda alguna, la diferencia está en el personal, en su profesionalidad y amabilidad.
Factores como las frecuencias y el estado de las unidades, suman en la experiencia de viajar, pero la calidad de la tarea de los funcionarios, es decisiva. Un punto fundamental que debo destacar.
Los conductores de nuestro viaje fueron Gabriel Nossar y Federico González; este último ingresó a la empresa hace cinco años; comenzó haciendo el servicio a San Jorge, luego pasó a una línea interdepartamental hasta llegar a conducir uno de los buses doble piso de la empresa. Federico es muy meticuloso con las unidades que le toca conducir, es de esos conductores detallistas que le gusta tener su unidad en impecable estado.
Gabriel Nossar conoce esta ruta desde el inicio de la misma, y sobre los servicios actuales nos explicó que se está trabajando muy bien; varias de las frecuencias salen con capacidad completa.
Eduardo Pereda fue el guarda de nuestro viaje; sus años de actividad en el sector se pusieron de manifiesto con la amabilidad de servicio a bordo; por mencionar un detalle, ofreció café en la frontera para que la espera se haga más amena.
Pereda es de esos guardas que recorre el salón para saber si alguien necesita algo, o simplemente para estar al tanto de primera mano acerca de la temperatura ambiente. Esos detalles, sumados a la profesionalidad de los conductores, son los que hacen de un viaje, una agradable experiencia.
Nuestro viaje lo hicimos en el interno 4223, un Volvo B 430 8x2 con carrocería Marcopolo Paradiso 1800 DD del año 2013.
Un agradecimiento muy especial a la empresa Nossar, y al personal a cargo del ómnibus.