RINO SILVEIRA: “Me crie entre los ómnibus”
El pasado 20 de junio la empresa Rutas de Oro comenzó a unir la ciudad de Rivera con Artigas, con tres frecuencias diarias de cada ciudad.El pasado 20 de junio la empresa Rutas de Oro comenzó a unir la ciudad de Rivera con Artigas, con tres frecuencias diarias de cada ciudad. Detrás de este logro está Rino Silveira y su familia, que hace 10 años solicitaron esta línea y como dice el transportista: “todos tenemos una meta en la vida. Yo les digo a mis hijos, papá logró esto, ahora ustedes hagan lo que quieran”.
En la ciudad de Rivera, luego de que terminara de realizar uno de los viajes, charlamos con Rino.
¿Usted viene de una familia “omnibusera”?
Sí, mi padre era guarda de la empresa Epifanio que hacía la línea Rivera - Minas de Corrales por las rutas 27 y 28; a su vez, mientras trabajaba en esa empresa compró un Chevrolet del 51’ y puso un turno de Ansina a Minas de Corrales, por la década del 70’. Así nació la empresa “Dos Hermanos”.
Mi padre manejaba el ómnibus y mi madre era la guarda; nosotros nos criamos arriba del primer asiento de ese ómnibus donde mi madre nos preparaba una cama en la que íbamos con mis hermanos.
Después mi padre compró un Ford a nafta, luego la carrocería de ese ómnibus se la puso arriba del chasis de un camión con motor hércules; ese fue el primer gasolero que tuvo, me crie entre los ómnibus.
¿Qué nos puede decir sobre sus inicios en el transporte?
Comencé haciendo de guarda y me acuerdo que aquellos ómnibus viejos tenían una escalerita atrás, varias veces viajé ahí ya que no había espacio por la cantidad de gente que viajaba, además iban pasajeros arriba, en la vaca del ómnibus, para mí eso era precioso.
Después tuve un permiso especial para manejar y el primer ómnibus que manejé fue el Isuzu; en aquella época se trabajaba mucho con encomiendas y lleno de pasajeros, era otra cosa. Trabajé con mi padre toda una vida, cuando me casé me fui a trabajar a Nuñez, ahí estuve del año 93’ al 98’. Mientras trabajaba en Nuñez compré a medias con mi padre un Mercedes Benz alemán que había sido de la ONDA.
¿Cuándo comenzó con su empresa “Rutas de Oro”?
Arranqué en el año 98’ con un Mercedes-Benz Marcopolo que había sido de Nossar; empezamos con un turno entre Tacuarembó y Caraguatá con mi cuñado de guarda. En esa época ya vivía en Rivera, me iba todos los días en el ómnibus de Posada para sacar el turno de Tacuarembó, después me compraron la línea con el ómnibus.
Ahí compré un TMC que había sido de ONDA y ya me vine a trabajar para Rivera; hacía excursiones. Después me vinculé al traslado de personal de la forestación, llegué a tener cuatro ómnibus por día para ese servicio, coches que compré a COME, COETC y CUTCSA.
Tiempo después arrancamos con la línea de Rivera a Minas de Corrales que era de mi madre y al tiempo empezamos a ir a Masoller; en la pandemia cambié los turnos con otro transportista, él se quedó con Minas de Corrales y yo con Masoller.
¿Cómo llegó a trabajar en el sur del país?
Había comprado el 106 de “El Norteño” y en Montevideo me encontré con un ex compañero de trabajo, de cuando estaba en Nuñez, que me ofreció contratar mis ómnibus en COPSA, para él era toda una aventura venir de Rivera al sur.
En una etapa que no tenía nada de trabajo cargamos con un pariente los colchones y salimos para el sur ya que iba a empezar a realizar la línea 2AP, contratado por COPSA.
Salimos sin saber a dónde nos íbamos a quedar, llegamos a Bello Horizonte donde vimos a una señora en una parada y le preguntamos si no sabía de alguna casita para alquilar. Le explicamos nuestra situación, ella nos dijo que iba a hablar con el esposo y se fue caminando, nosotros quedamos arriba del ómnibus esperando.
Al rato vino el hombre y nos dijo que nos quedáramos en una casita que tenía por la noche y mañana veríamos qué hacíamos. Ahí nos quedamos como tres años tras llegar a un acuerdo con esa gente.
Después llevé otro ómnibus, al tiempo llegué a tener tres ómnibus; era un sacrificio bárbaro, iba a casa cada 15 días.