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EDICIÓN ANIVERSARIO - 30 AÑOS

HOMENAJE: Julio Sánchez Padilla: “Llegué de botas para no engrasarme y con una energía y un optimismo inentendible para los que ya estaban”


21.12.2020
HOMENAJE: Julio Sánchez Padilla: “Llegué de botas para no engrasarme y con una energía y un optimismo inentendible para los que ya estaban”

Julio Sánchez Padilla es y será reconocido en el sector empresarial, en la actividad del deporte, la política y el periodismo. En cada actividad emprendida su impronta no pasa desapercibida; en el mundo del transporte en este “bendito país” la empresa CITA en el año 1980 comenzó una nueva etapa y un enorme desafío para Sánchez.

La empresa de ómnibus dio inicio en el año 1938 en la ciudad de Libertad, de la mano de un visionario con gran vocación de servicio que buscaba soluciones definitivas para muchos pobladores de la zona, desarrollando servicios de transporte de pasajeros a Montevideo y San José. La empresa de ómnibus dio inicio en el año 1938 en la ciudad de Libertad, de la mano de un visionario con gran vocación de servicio que buscaba soluciones definitivas para muchos pobladores de la zona, desarrollando servicios de transporte de pasajeros a Montevideo y San José.

Según el ex conductor Daniel Basilio, en momentos de concretarse los trámites para dicha creación, surgió el nombre inspirado en una boleta de viático de un bar de San Carlos que se llamaba CITA, sigla que se leía: Concurrentes Infaltables Trabajadores y Amigos.

Año tras año la empresa fue creciendo, con nuevos servicios y destinos, hasta que a finales de los 80’ la empresa atravesaba una profunda crisis que parecía haber llegado al fin de esta historia.

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Como lo cuenta Sánchez Padilla en una alocución rescatada en uno de los aniversarios de la empresa, los inicios de su gestión no fueron fáciles:“Llegué de botas para no engrasarme y con una energía y un optimismo inentendible para los que ya estaban. La falta de recursos, la mugre, el desorden, una flota obsoleta, personal desmotivado, no permitían ver un rayo de sol que pudiera iluminar nuestra gran desazón. Los Bancos no otorgaban créditos, los proveedores no confiaban en la empresa, el dinero se había terminado. Paisaje desolador y pesimista al cual se agregó el decreto de empresa inviable por la Corporación Nacional para el Desarrollo. Con este panorama, lo más fácil era liquidar todo e iniciar otro camino. Pero cuando encaramos un emprendimiento, salir a flote es nuestro lema. Además, 394 familias esperaban el milagro.”

Y el milagro llegó. ¿Cómo?

De la mano de la confianza depositada en ese grupo de personas desconocidas, que sabían que su futuro dependía de su propio esfuerzo. Estaban dispuestos a cambiar paradigmas para sobrevivir. Apostamos a ellos y ellos creyeron en nosotros. Los capacitamos, los motivamos estimulando una gestión participativa donde todos son escuchados.
Ahorro, palabra que sigue incorporada a nuestro lenguaje cotidiano y a la cultura de CITA, como única herramienta que posibilita el desarrollo del servicio que brindamos.Se funda el sindicato de CITA, en plena dictadura, confirmando la libertad de pensamiento y el respeto al ser humano. Se contrató una médica laboralista, que desarrolla además una actividad de visitadora social apoyando a nuestros empleados y sus familias. Se creó la Biblioteca.

Cuando las oportunidades lo permitieron, conseguimos viviendas para mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Aprendimos a disfrutar lo logrado, generando una reunión al final de cada año donde compartimos una copa y resumimos los logros obtenidos.

Creamos el Día de Cita, para premiar las acciones destacadas de nuestros colaboradores.

Con el esfuerzo de todos logramos una de las metas más ansiadas: la renovación de la flota, que trajo consigo la capacitación del personal de taller frente a un cambio de elementos y de forma de hacer las cosas. Todo ello redundaría en un cambio de imagen y en una gran seguridad. El mantenimiento en el tiempo justo y con elementos de primera calidad fue tarea principal en el cuidado de las nuevas unidades. 

La flota obsoleta, que había sido celosamente mantenida por nuestros artesanos mecánicos, se iba vendiendo simultáneamente. El personal de taller continuó desplegando destrezas y creatividad en la fabricación de herramientas. Surgía una nueva reglamentación, el control Técnico Vehicular, SUCTA, y desde el primer año, el 100% de la flota es aprobada.

Los sueños se iban haciendo realidad

“Nuestra gente fue el soporte y una dirección efectiva y activa, marcando rutas claras y trabajando a la par, logró la recuperación definitiva. Fue un gran misterio para los de afuera que, recién hoy, dejaron de preguntarse cómo había sido posible.

Y todo ello tuvo como objetivo lograr la excelencia para que nuestros usuarios se sintieran cómodos y consecuentemente felices, porque NOS ENCANTA LLEVARLOS.Nos ocupamos de conocerlos mejor para brindarles un servicio a la medida de sus necesidades.

Nos volcamos a la comunidad desarrollando variados programas actualmente conocidos como responsabilidad social empresaria y participando activamente en cada actividad que tuviera lugar en cada localidad, ciudad, pueblo o villa. “Cita con la Historia”, y la seguridad vial han sido las vedettes pero 38 programas más en diferentes áreas están en funcionamiento. En medio de todos estos cambios muere ONDA, la madre del transporte. Para la mayoría un dios eterno. Su liquidación, su entierro significó para muchos una oportunidad. Para Cita fue el símbolo de lo que no se debe hacer.

En ese escenario, crecieron muchas pequeñas empresas que se transformaron lentamente en competidoras. No solamente debíamos vivir, también debíamos pelear.

Así, desde 1980 hemos marcado un estilo, el de ser una CITA independiente, respetuosa y cumplidora de todas sus obligaciones para alcanzar la meta de la excelencia.

Entendimos que podíamos lograr mejores resultados a través de la unión de esfuerzos y compartimos la fundación de ANETRA y la CÁMARA DEL TRANSPORTE interviniendo activamente en el desarrollo de mejoras para el sector, acompañando los cambios y participando de la creación de Terminales de pasajeros”.

Esta historia tuvo gran cantidad de protagonistas: pasajeros y empleados

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“Los primeros son nuestra razón de ser. Ellos han nacido, crecido, estudiado, se han recibido, han formado una familia, se han jubilado viajando junto a nosotros por diferentes motivos. Hemos sido parte de sus vidas y ellos nos han permitido crecer.
Nuestro actual equipo, es el grupo indispensable para alcanzar las metas y lograr los resultados. Otros que por su avanzada edad se jubilaron, han sido un gran aporte a la transformación de nuestra empresa y por ello no los olvidamos. Hoy, como siempre, nos acompañan y tienen un lugar especial en la compañía en tributo a su trabajo. Nos quedan muchos kilómetros por recorrer. La capacidad, el entusiasmo y el convencimiento de que para nosotros no hay cosas imposibles es nuestro combustible.

Esto forma parte de la magia que nos hará continuar transitando las rutas, con más ganas que el primer día”.